Santiago Carbone
Nadie en Uruguay se olvida de lo que sucedió el 20 de septiembre del año 2000. El ciclista Milton Wynants no lo esperaba, pero lo consiguió: terminó segundo en la carrera por puntos de los Juegos Olímpicos de Sidney y se colgó la medalla de plata.
Pasaron 23 años desde aquel día y ningún deportista nacido en el país sudamericano pudo volver a subirse a un podio, algo que antes de la mencionada gesta se había conseguido por última vez en Tokio 1964.
Referencia ineludible del deporte nacional y constantemente saludado en las calles por quienes cada día recuerdan la histórica jornada, Wynants solo busca ser “una persona normal” y afronta cada jornada con una misión: lograr que los jóvenes se enamoren del ciclismo.
Así lo cuenta en una entrevista que le brindó a la Agencia EFE en Montevideo, hasta donde llega desde Paysandú, su ciudad natal, para recibir el Charrúa de Cristal que el Círculo de Periodistas Deportivos del Uruguay otorga este año al mejor deportista de las 50 ediciones de sus reconocidos premios.
Talento de exportación
Ya retirado de la actividad profesional, Wynants trabaja desde hace dos años en la Escuela de Ciclismo de la ciudad en la que nació, donde disfruta e intenta inculcar a los más jóvenes su amor por esa actividad.
“Es trabajar con chicos para que justamente se enamoren del ciclismo. Que hagan un ejercicio, que hagan actividad física y de a poquito vayan conociendo lo que es el ciclismo en la etapa de menores y de ahí creciendo y enamorándose de esto”, declaró.
Asimismo, reconoció que en los últimos años “ha habido un crecimiento” en el país y destacó que muchos jóvenes están saliendo a competir al exterior.
"Creo que lo mejor es salir a Europa a buscar esas posibilidades (...) Creo que eso es lo que hay que buscar: salir más. Es la manera de crecer como deportista", remarcó Wynants, padre de Luciana, quien comenzó practicando patín artístico y luego lo cambió por el deporte en el que el Wynants brilló.
Sobre su hija, que en 2021 representó a su país en unos Juegos Panamericanos Junior, aseguró que “viene creciendo” y que espera que pueda salir para seguir mejorando, teniendo en cuenta que en Uruguay “falta más competencia” en la rama femenina.
Sidney no se olvida
Dejando de costado su nuevo rol como docente, Wynants también recuerda durante la charla la histórica jornada del 20 de septiembre de 2000 y señaló que ese día le tocó “vivir algo que no esperaba”.
“Como deportista uruguayo, nosotros vemos como algo muy lejano una medalla olímpica, como que es algo imposible. Me tocó vivir algo que no lo esperábamos. Buscamos tener buenos resultados, buscamos estar dentro de los diez, que ya era un logro importante”, detalló.
Sin embargo, aprovechando las buenas sensaciones que tenía y las oportunidades que se le iban dando, el uruguayo fue al último esprint a buscar puntos dobles y su buena actuación allí le permitió trepar aún más en la clasificación.
“Yo festejé la posición que había quedado en el último esprint, sin saber todavía si había llegado al segundo lugar, al tercero o al cuarto (...) No sabía hasta bajarme la bicicleta y mirar la pantalla. Y ahí en la pantalla estaba Uruguay. La verdad que todo fue increíble y fue emocionante”, apuntó. Tampoco se olvida de la gente que lo acompañó ese día en Australia, del viaje de regreso y del recibimiento que tuvo en su ciudad.
Tres años después, Wynants representó a Uruguay en los Panamericanos de Santo Domingo y allí se colgó la medalla de oro en la prueba de Ruta y en la Carrera por Puntos.
Ahora, a menos de un año de París 2024, uno de los diez uruguayos en ganar una presea olímpica a lo largo de la historia sostuvo que deportes como el remo han tenido “buenos resultados” en los últimos años y que el ciclismo tiene “buenos valores” al igual que el atletismo.
“Nada es imposible cuando uno quiere y busca algo. Lo importante es estar ahí. Después que llegas ahí todos tenemos posibilidades. Si llegas es por algo y creo que las posibilidades van a estar”, concluyó.
EFE / FútbolUy.