El alemán Mick Schumacher es líder de la Fórmula Dos, está a las puertas de dar un paso más y este domingo tuvo una nueva experiencia en la Fórmula Uno. Aunque todavía no compite oficialmente en la máxima categoría, la llegada del hijo del multicampeón Michael Schumacher a la élite es inminente.
En 2017, previo al Gran Premio de Bélgica, condujo el Benetton B194 con el que el legendario Michael ganó su primer Gran Premio. Repitió con el Ferrari F2004 previo al Gran Premio de Alemania de 2019, mismo año en el que realizó entrenamientos con un Ferrari SF90 primero y con un Alfa Romeo C38 después.
Este domingo, Ferrari festejó su gran premio número 1.000 en Fórmula Uno en el circuito italiano de Mugello, que albergó el Gran Premio de La Toscana. Antes de la carrera, la escudería del cavallino rampante invitó a Mick Schumacher a conducir el Ferrari F2004 con el que su padre Michael ganó en 2004 su séptimo y último Mundial.
El legado de Michael Schumacher, quien sigue convaleciente del grave accidente de esquí que sufrió a finales de 2013, puede seguir con su hijo en un futuro cercano. “Creo que tiene grandes posibilidades de pilotear en la Fórmula 1 el año que viene”, dijo Mattia Binotto, director de Ferrari.
Este fin de semana Mick Schumacher demostró credenciales. En la primera de las carreras de la doble etapa en Mugello terminó quinto tras largar 15.º y se trepó a lo más alto del Mundial de F2, mientras que el domingo finalizó cuarto y se mantuvo primero en la general con 161 puntos tras 18 carreras. A ocho aparece el británico Callum Ilott restando tres etapas dobles para el final de la temporada.