El partido desempate por el octavo lugar de los playoffs del Metro entre Atenas y Unión Atlética que se disputó en cancha de Larre Borges vivió otra instancia increíble que obligó a retrasar casi cincuenta minutos su inicio.
El duelo, caliente desde la previa luego que el club azulgrana sufriera pintadas amenazantes en su sede, se había decidido jugar sin público presente y cada club solo podía presentar una lista de 35 asistentes, con datos personales para habilitar su ingreso.
Lo cierto es que minutos antes que se iniciara el cotejo, los dirigentes de la UA denunciaron que su rival tenía en las tribunas una cifra cercana a las 70 personas, un número muy superior a los habilitados a ingresar al recinto.
Ante ello y tras efectuar la denuncia formal con las autoridades, el equipo azulgrana se retiró al vestuario al considerar que no estaba en condiciones de igualdad para comenzar el partido. Se revisaron las listas, se achicó el aforo y recién allí se largó todo.
Lo cierto es que eso retrasó el inicio hasta las 21:05, hora en que se destrabó la situación, la pelota fue al aire y el cotejo se inicio, un choque donde el ganador clasificó a la Liguilla y el perdedor tendrá que jugar la ronda por la permanencia.