El uruguayo Mauro Arambarri, después de ocho temporadas en el Getafe en las que ha disputado 201 partidos oficiales, fue homenajeado este sábado por la hincha y el club madrileño antes del empate 1-1 frente al Osasuna; la parcialidad aclamó a uno de sus jugadores más importantes de los últimos tiempos.
El uruguayo, acompañado de su padre, su madre, su esposa y su hija, recibió de manos de su presidente de la institución, Ángel Torres, una camiseta conmemorativa con el número 200 en la espalda entre los aplausos de una afición entregada a un jugador que llegó al conjunto azulón cedido por el Girondins de Burdeos en 2017.
Desde entonces, y sobre todo cuando coincidió con José Bordalás en el banquillo, Arambarri se ha convertido en un pilar de los mayores éxitos del Getafe, que con el charrúa en el centro del campo consiguió una histórica quinta plaza en el curso 2018/19 y una posterior participación en la Europa League en la que el Getafe alcanzó los octavos de final.
El paréntesis sin Bordalás y con Míchel y Quique Sánchez Flores como entrenadores, unido a una serie de lesiones que le impidieron jugar prácticamente los dos últimos cursos, bajaron el nivel de incidencia de Arambarri en el Getafe, que en este inicio de curso ha recuperado por completo a su jugador, ya fuera de la enfermería.
Bordalás, en la víspera del choque ante Osasuna, tuvo buenas palabras para el mediocentro uruguayo: “Hemos tenido la mala suerte de que las lesiones nos han privado de verle. Poco a poco va alcanzando su mejor nivel. Para mí es muy importante, no sólo por lo que nos da o transmite. Es honesto, honrado y receptivo”.
A sus 29 años, Arambarri suma 201 partidos con el Getafe entre Liga, Copa del Rey y Europa League, en los que ha marcado ocho goles y ha dado once asistencias. Debutó en el Defensor Sporting de su país en 2013, en enero de 2016 se marchó al Girondins de Burdeos y fue cedido al Getafe en 2017. La siguiente temporada, firmó definitivamente con la entidad presidida por Ángel Torres, que por sus 200 partidos organizó un homenaje que celebró todo el Coliseum.