Mauricio Moreira dio un golpe a la historia al quedarse con la Volta de Portugal, uno de los mayores logros del ciclismo uruguayo en lo que a carreras por etapas de ruta refiere.
Moreira, hijo de Federico, aseguró tras la consagración que este logro se debe en gran parte a su novia, a quien le debe “el 90% de lo que es”, y aseguró que él “no está ni cerca de ser lo que fue su padre en el ciclismo”.
El ciclista salteño de 27 años de edad, entrevistado por O Jogo tras la consagración, no dudó en decir: “estoy consiguiendo algo que nunca pensé y que es un sueño cumplido”.
Consultado sobre lo que Federico El Grande le dijo tras su gran logro, mencionó: “está muy contento con lo que he hecho. Es una persona que nunca me ha dicho nada sobre ganar o perder; si he cometido un error, solo da una opinión para corregirlo. Es un placer tener un padre y una madre así. Siempre están atentos y muy contentos de lo conseguido”.
Y ante la pregunta de si consideraba que lo había superado a nivel deportivo, no dudó en contestar: “ni siquiera estoy cerca de ser lo que él era. Estoy ganando carreras que él nunca ha hecho, pero cualquiera que lo conoció, que estuvo en Uruguay, sabe lo que realmente era mi padre y cuántos fanáticos tenía. Yo, mirándolo, no soy ni la cuarta parte de lo que él era”.
Los secretos
El defensor del Glassdrive Q8 Anicolor contó que durante la Volta consultó a un psicólogo portugués que fue muy importante para estar enfocado: “lo tengo porque creo que es fundamental trabajar tanto la mente como el cuerpo. A veces puedes estar arriba, otras veces puedes estar abajo, y a veces es difícil salir cuando entras en un hoyo. Por eso es importante contar con su asesoramiento”.
“Año tras año mejoro, soy más fuerte. Eso lo da la experiencia, voy evolucionando con el tiempo, conociendo mejor mi cuerpo. Esto está ayudando mucho a mi carrera”, explicó.
Y contó cuál es el secreto de su evolución tras arribar a Portugal desde España: “hay una gran explicación. Cuando estás en otro país, si no te sientes bien, si no estás acompañado, en nada de lo que hagas te irá bien. Puedes trabajar lo mejor que puedas, estar en buena forma, pero si tu cabeza no está en su lugar, nada de eso funciona”.
“Cuando llegué a Portugal, me sentí como un hermano más, me recibieron como si fuera parte de la familia desde el primer día. Tanto mi novia como yo nos sentimos integrados. Siempre hablo de ella porque el 90% de lo que hago se lo debo”.
“Es muy difícil ser novia de un deportista y ella me da esa tranquilidad al estar fuera de mi país, las fuerzas para ser lo que soy hoy”.
Y cerró hablando de sus sueños: “tengo el sueño desde la infancia de llegar al World Tour. Creo que todo ciclista piensa en eso, pero la verdad es que estoy logrando algo que nunca pensé y que bien podría ser mi sueño: ganar la Volta a Portugal”.