El regreso a las pistas del número uno del tenis mundial, Novak Djokovic,
tuvo un paso breve, efímero, por Montecarlo, donde cayó en su debut, en la
segunda ronda, frente al español Alejandro Davidovich, quien aprovechó las
dudas y la inactividad del serbio para obtener una victoria memorable (6-3,
6-7(5) y 6-1).
No jugaba el balcánico desde que cayó en febrero, en el
torneo de Dubai, ante el checo Jiri Vesely en los cuartos de final. Fue aquél
el único evento en el que hasta entonces podía participar. Donde no es obligatoria
la vacuna contra la covid que le exigieron en el Abierto de Australia y también
en la gira americana, en los Masters 1000 de Indian Wells y Miami.
Tiene vía libre Djokovic ahora en la etapa de polvo de
ladrillo que se abre en Montecarlo y que no quiere desperdiciar. Madrid y,
sobre todo, Roland Garros, en el horizonte, para volver a sentirse jugador y enmarcar
nuevamente su nombre en el circuito que domina.
Muchas cosas pasaron en el tour con el serbio fuera de
combate. Nuevos ganadores, la pérdida durante 21 días del número uno que amarró
temporalmente el ruso Daniil Medvedev y que después perdió o la irrupción del
joven Carlos Alcaraz, con el que podía haberse encontrado en cuartos.
Pero su paso fue efímero por el Montecarlo Country Club,
donde entrenó el balcánico durante una década. El ganador de 20 grandes no pudo
ampliar su recorrido en su segundo torneo de la temporada. Solo en dos ocasiones
antes Djokovic cayó en su primer partido. Fue en su primera participación, en 2006,
ante Roger Federer, y una década después, en 2016, frente a Vesely.
Tenía ante sí una inmejorable ocasión el español para obtener
su victoria más importante hasta ahora. Tenía ante sí a un rival falto de
partidos, sin rodaje, y afectado mentalmente. Tocado psicológicamente por todo
lo vivido en lo que va de 2022.
No la desaprovechó Davidovich, quien ganó en confianza en
cada punto que jugaba y que ganaba. Y que no decayó cuando Djokovic reaccionó e
igualó el partido. El español tiró de madurez y mantuvo el tipo hasta que su
rival se agotó. No le va a resultar fácil al número uno del mundo remontar el
vuelo y recuperar su nivel. Sobre todo si no acumula partidos, minutos sobre la
cancha.
Excesivamente errático, el dos veces campeón en Montecarlo
(2013 y 2015) se topó con un adversario crecido y dispuesto a abrazar su
oportunidad. El número 46 del mundo, a sus 22 años, jugó con descaro y sin
complejos.
Fueron pocas las veces que Djokovic tiró de repertorio y
mostró golpes y ejecución de maestro en un encuentro que se le presentó torcido
y sin facilidad alguna en el principio. No encontró el serbio el tono y perdió
su saque dos veces en los compases iniciales del primer set.
Davidovich, superado con claridad por el balcánico el pasado
año, en las citas de Roma y en los Juegos Olímpicos de Tokio, las dos veces que
previamente coincidieron, se situó con un 4-1 a favor que le puso de cara la
conquista del primer set que ganó por 6-3.
No mejoró después el panorama del serbio. Cabizbajo,
condicionado por sus errores no forzados y por su irregularidad en el partido.
Quebró de entrada el español y se puso con 3-0 después de ganar con su saque un
juego que duró un cuarto de hora. Fue clave. Resistió el andaluz, cada vez más
cerca del triunfo.
Djokovic no decayó y se resistió a perder el cuarto partido
que jugaba en lo que va de temporada. Se puso con 3-2 y el servicio de su lado,
pero lo perdió. Sufrió el número uno del mundo con las variantes de Davidovich,
que empezó a abusar de las dejadas. Una solución primero y un hábito después
que no incomodó ya al balcánico ya metido de lleno en el duelo.
El español, cuartofinalista el pasado año, superado por el
campeón el griego Stefanos Tsitsipas, bajó de nivel. Acusaba el esfuerzo. Pidió
la asistencia médica por molestias en la muñeca. Aún así llegó al desempate del
segundo set y estuvo a dos puntos de cerrar un triunfo. Se le escurrió de las
manos.
Djokovic cerró el segundo set y lo celebró como un triunfo.
Un éxito. Sobrevivió, siguió en el partido. Pero Davidovich también. Estaba
hasta su gran ocasión y no cedió.
Retomó el pulso el andaluz, quien salió airoso de cada
contratiempo. Frenó a su rival, cada vez más cansado. Fue ahí donde la falta de
partidos se notó. No le tembló el pulso a Davidovich, quien vio a su adversario
tocado y no lo perdonó. Estaba ante su gran ocasión. Selló su gran éxito
después de casi tres horas de partido.
Alejandro Davidovich ya está en octavos. Djokovic dijo adiós
y el español alargó su estancia. En la próxima fase jugará contra el ganador
del partido entre el belga David Goffin, que ganó al checo Jiri Lehecka por 6-4
y 6-3, y el británico Daniel Evans.
EFE / FútbolUy
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