Llegar a los Juegos Olímpicos fue parte de un sueño que acunó desde muy temprana edad, esa que cuando siendo una pequeña niña y a influjo de su padre, decantó en que María Sara Grippoli conociera el taekwondo, un deporte al que llegó para quedarse.
Y como toda buena historia de lucha y superación, el premio está a la vuelta de la esquina, en su caso en Santo Domingo (República Dominicana), donde consiguió el cupo para representar a Uruguay en la cita de París 2024. Será la primera mujer uruguaya en hacerlo en un deporte de combate y también para el taekwondo nacional.
“Mis sensaciones fueron siempre muy positivas, estuve muy enfocada en ir pasando cada pelea, dando pasos firmes”, dijo Grippoli a FútbolUy sobre el clasificatorio continental, instancia en la que venció a las representantes de Guyana, Costa Rica y Venezuela para conseguir su pasaje en la categoría de menos de 49 kilogramos.
“A medida que iba ganando se acercaba cada vez más el objetivo y por suerte se concretó”, agregó muy emocionada. “Estoy súper feliz, es uno de los días más felices de toda mi vida”, reconoció.
El camino
A los cinco años, Grippoli se unió a la Academia Lee, de la cual es parte hasta hoy con 19 años. Allí aprendió las bases del deporte, los principios fundamentales y fue conociendo cada detalle mientras iba avanzando en su carrera.
Junto a sus dos hermanas recorrió un camino que en el año 2016 la llevó a combatir por primera vez, y un año después ya formaba parte de la selección nacional.
Si bien llegó a competir en Argentina previamente, la prueba más exigente fue en el Rio Open, donde conoció la exigencia de un deporte olímpico en su máxima expresión.
Esto la llevó a intensificar trabajos para competir en 2022 en los Juegos Deportivos Sudamericanos (Odesur) de la Juventud, donde dio muestras de su gran talento al ganar la medalla de bronce en la categoría hasta 49 kilogramos. Un punto de inflexión para seguir creciendo.
En los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023 fue quinta y arañó la medalla de bronce, ya dando muestras de su enorme talento, que sumado al incansable trabajo desde allí en adelante fueron cimentando su realidad.
“Es increíble ser la primera taekwondista uruguaya en llegar a los Juegos Olímpicos”, comentó más tarde, casi sin caer en lo logrado para colocar su apellido en el rico historial del deporte de su país.
“Hay que prepararse, seguir entrenando, aprovechar cada minuto y disfrutar de un sueño que se va a cumplir en breve”, cerró diciendo, con la responsabilidad propia de una fiel representante del alto rendimiento uruguayo.