Japón, un país de tradición en las carreras largas y ganador de cinco medallas en maratones olímpicas (una de oro, dos de plata y dos de bronce), está viviendo un cambio favorable en los últimos años y esa mejora está ligada al uso de las zapatillas de suela gruesa, según un informe del portal Nippon.com.
Suzuki Kengo, de 25 años, ganó la maratón Mainichi del Lago Biwa en febrero pasado con un récord de 2.04.56. Fue el tercer corredor de su país capaz de bajar el récord nacional en los últimos cuatro años, y el tercero en lograrlo con el tipo de calzado en cuestión.
La marca anterior era de Osako Suguru, quien ya se encuentra clasificado a los próximos Juegos Olímpicos y paró el cronómetro en 2:05.29 en la maratón de Tokio.
Además del récord de Kengo, que fue el primer atleta no africano en bajar la barrera de los 2.05.00, en Mainichi del Lago Biwa hubo otra gran novedad; 40 japoneses completaron el recorrido de 42.195 metros en menos de 2.10.00, una marca que los ubica en la elite mundial y un minuto y medio por debajo del mínimo exigido para llegar a la cita olímpica.
Kawauchi Yuki, corredor amateur que ganó la inhóspita maratón de Boston en 2018, contó tras su victoria que por primera vez se animó a “correr con zapatillas de suela gruesa” y que “está claro que ayudaron”.
Al año siguiente, en la carrera Hakone Ekiden, las zapatillas Vaporfly de Nike ganaron aún más notoriedad cuando la Universidad de Tokai se impuso a la Universidad de Aoyama Gakuin, que tenía contrato con Adidas. En 2020 recuperó su lugar la Universidad de Aoyama tras pasarse a la suela gruesa de la marca de la pipa. En la 2021, un 90% de los 200 corredores de las 20 universidades participantes optaron por la suela gruesa.
Con 17 representantes, Japón fue el tercer país con mayor presencia en el top-100 de los mejores corredores en 2020, sólo superado por dos potencias como Etiopía (44) y Kenia (20). Con menos competencias en el ranking a causa del coronavirus, llegaron a ser 84 nipones en 2021.