La despedida de Luis Suárez de la selección uruguaya estuvo acompañada de muchos momentos muy emotivos: la presencia de sus compañeros de plantel en el Mundial de Sudáfrica 2010, la presencia de la familia de Walter Ferreira o los saludos de figuras de renombre como Lionel Messi o Neymar.

Pero el momento más importante de todos los vividos en una noche inolvidable fue quizás el abrazo que se dio con un entrenador que es referencia ineludible en su carrera: Óscar Washington Tabárez.

El Maestro llegó para presenciar el partido ante Paraguay fiel a su estilo, con perfil bajo y sentándose en la tribuna América del Centenario para seguir cada acción del juego, un escenario que fue su casa durante años pero a la veda de la línea de cal.

Con el inicio de la ceremonia, tras el pitazo final, fue llamado para ingresar a la cancha un trayecto que recorrió mientras saludaba a muchísimos de sus “alumnos” con la Celeste y que fue avanzando hasta encontrarse con Suárez y fundirse en un abrazo. Algo que estuvo acompañado con las lágrimas del goleador y la ovación de todos y cada uno de los presentes.

“Me emocionó mucho ver a la persona más importante y que más me ayudó en el fútbol: el Maestro”, reconoció más tarde el Pistolero en una entrevista otorgada a AUF TV.

“Es impresionante el reconocimiento que le hizo la gente a una persona que cambió todo, no solo la parte futbolística, sino de lo humano”, dijo con seguridad y pleno de admiración.

“Nosotros estábamos en los clubes, pero deseando ir a la selección para poder disfrutar el día a día del Complejo. El Maestro logró que la gente que trabaja allí sea una familia para nosotros”, expresó.

Viviendo y aprendiendo

En la misma entrevista Suárez recordó varios momentos que transitó en su carrera junto al exentrenador uruguayo: “Previo a un partido con Colombia acá por las Eliminatorias 2010, que fuimos a jugar con Perú, que perdimos, el Maestro me agarró, que era raro que te llamara para hablar, y me dijo que yo lo había defraudado, que tenía todas las esperanzas puestas en mí porque no estaba Diego [Forlán], y quedé en shock. Era un mensaje de despertás o… y creo que a los cinco o 10 minutos hice el gol contra Colombia”.

Y siguió: “Estábamos jugando contra Argentina en la Copa América 2011, nos habían echado al Ruso [Diego Pérez] y a mí me habían sacado amarilla, entonces el Maestro, delante de todo, me dice: ‘Luis, o te tranquilizás, o te saco’. Y para mí fue tipo ‘wow’, estaba haciendo un buen partido. Ahí bajé y, sacando la final, es el mejor partido que hago, porque él me hizo bajar, sino también estaba echado”.

“En los Juegos Olímpicos [Londres 2012], que fui capitán, yo entré en un partido en el entretiempo e íbamos perdiendo1-0, y entré a las puteadas y ‘que no lo podía creer’; al otro día me agarró y me dijo: ‘un capitán no hace eso, un capitán no echa en cara a nadie, tiene que estar alentando’”.

Este viernes marcó un momento donde uno de los mejores alumnos del Maestro se despidió de una carrera que hizo feliz a un país. La sonrisa de Tabárez mezclada con esa sensación de orgullo, le dieron un toque muy especial a un día donde todos fuimos pistoleros.