La novela de Luis Suárez y su salida del Barcelona sigue sumando capítulos en los últimos días, y la trama genera idas y vueltas que hacen que el final sea incierto. Después de que en España e Italia surgiera la información de que el futbolista había descartado la opción de la Juventus por los tiempos que demoraría en aprobarse su pasaporte italiano, hubo otro giro.
Un día después de que Ronald Koeman, entrenador del Barcelona, dijera que si el uruguayo no logra finiquitar su rescisión y se queda “será un jugador más del plantel”, el goleador de 33 años entrenó junto a sus compañeros de mañana y tomó un vuelo hacia Perugia sobre las 13:15 horas de España en el aeropuerto catalán de El Prat.
La noticia corrió como reguero de pólvora y varios medios mandaron corresponsales al aeropuerto de Perugia, a donde el salteño llegó sin realizar declaraciones. De inmediato tomó un taxi con destino a la Universidad de Perugia, donde dio el primer paso para obtener la nacionalidad italiana; una prueba de conocimiento de la lengua.
“Suárez aprobó el examen de italiano. Ya obtuvo el diploma de certificación de lengua italiana de nivel B1 (intermedio). En solo una hora, aprobado en producción oral y escrita, comprensión oral y escrita”, informó el periodista Luca Bianchin, quien cubre la información de la Juventus para el prestigioso diario La Gazzetta dello Sport.
El salteño debe presentar un certificado ante el Ministerio del Interior italiano y completar otros trámites para acelerar la nacionalización, requisito indispensable para llegar a Juventus, que sólo considera su fichaje si no ocupa plaza extracomunitaria. En España es comunitario porque su esposa, Sofía Balbi, cuenta con la nacionalidad italiana. Pero en Italia no es suficiente.
El uruguayo retornó rápidamente a España, mientras su desvinculación de Suárez del Barcelona sigue siendo un tema que tratan los directivos del club y los representantes legales del jugador. Mientras tanto, la Juventus evalúa la posibilidad de contratar al bosnio Edin Dzeko, de la Roma, por si la operación no prospera.