Sao Paulo controló el partido de principio a fin y pese a no brillar plasmó parte del favoritismo que tenía en lo previo. No obstante, no generó tantas opciones de gol como podía esperarse en la primera etapa, pero fue lo suficientemente contundente como para liquidar el pleito antes del entretiempo. Luego reguló a gusto y dosificó energías.

De pique, llegando al cuarto minuto, cayó el 1-0. El mundialista Michel Bastos inició la jugada por izquierda habilitando a Reinaldo, que le pasó por la espalda, y el centro del lateral zurdo encontró solo por el segundo palo a Alexandre Pato. El ex Milan conectó de primera, se llenó el empeine del botín derecho e infló la red.

Danubio sintió el cimbronazo y se refugió en su campo con un marcado 5-3-2, que pese a acumular gente atrás no lograba contrarrestar el juego del local por los costados. Los laterales brasileños abrieron la cancha constantemente, y los franjeados lo sintieron.

Cuando recuperó la pelota poco pudo hacer en la primera mitad el elenco de Leonardo Ramos, que tuvo a Ignacio González como único hombre de creación y desgastado por un importante sacrificio defensivo. A los de arriba, Castro y Fornaroli, no les llegó un solo balón bien jugado.

Sao Paulo acarició el 2-0 a los 30’ con un pase de Ganso que dejó de cara con Torgnascioli a Pato, pero su disparo salió por arriba del caño. Sí pudo ampliar el dueño de casa a los 41’, cuando el lateral derecho Bruno llegó al fondo y mandó un centro que Pato de cabeza mandó a la red.

Pato celebra su doblete. Foto: EFE l Sebastiao Moreira

El arranque de la segunda etapa mostró a un equipo danubiano más volcado a la ofensiva y generando cierto peligro, desnudando falencias de un rival que pasó alguna zozobra las pocas veces que fue atacado.

Un débil cabezazo de Fornaroli a las manos de Rogerio Ceni tras un córner de Hamilton Pereira, un potente tiro libre de Leandro Sosa que despejó el veterano arquero tricolor y una palomita de Ignacio González desviada en posición inmejorable fueron avisos de los franjeados.

Pero cuando Danubio atravesaba su mejor momento en el juego y al manos no era asediado como en el primer tiempo, cayó el tercero a los 69’. Bastos volvió a abrir un balón para Reinaldo, como en el 1-0, y el lateral sacó un zurdazo que se desvió en Joaquín Pereyra y se metió junto al primer caño.

Por si fuera poco, Hamilton Pereira vio la tarjeta roja tras discutir con Bastos primero y el árbitro Enrique Osses después, dejando al último campeón uruguayo en inferioridad numérica y expuesto a recibir una goleada aún mayor.

Pese al conformismo de un Sao Paulo que pareció jugar a media máquina, cayó el cuarto a los 89’ por obra de Jonathan Cafú, quien se encontró solo en el área y de cara con Torgnascioli tras un envío bajo de Hudson para sellar un resultado que reflejó con fidelidad la diferencia entre un equipo y el otro.

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