River Plate hizo historia el sortear la primera fase de la Copa Libertadores en su primera participación en el torneo. Siete días después del 2-0 del encuentro de ida en Maldonado, supo mantener la ventaja y sacó un valioso 0-0 en su visita a la Universidad de Chile, por lo que avanzó de ronda con total justicia.

Como podía esperarse en la previa, la U salió con una neta vocación ofensiva y se adueñó del campo y el territorio, mientras que los visitantes se replegaron en su campo para salir rápido de contragolpe a buscar el anhelado gol de visitante. Con sus armas, los dos crearon peligro sobre el arco rival en la etapa inicial.

River tuvo la primera a los 7’ después de un balón largo que peleó Schiappacasse dejando solo a Michael Santos de cara con Johnny Herrera, pero su remate de lujo salió tan débil que fue despejado por un defensor en su camino al arco. Con la misma fórmula volvió a perdérselo el Pelo a los 34’, cuando su disparo salió a las manos de Herrera.

El conjunto local tuvo las opciones más claras de la primera parte, y salvo en una jugada siempre encontró muy bien parado a Nicola Pérez, que se lució ante un tiro libre de Canales y un cabezazo sobre su propio arco de Diego Rodríguez. En la que falló el arquero darsenero, al salir a buscar lejos un centro, Matías Rodríguez le erró de cabeza al arco vacío.

Los chilenos, al encontrarse una defensa bien plantada (aunque demasiado cerca de su área) y sin fisuras, buscaron también con remates de media distancia, pero con escasa puntería en los 45 minutos iniciales. Luego, en la etapa complementaria, mantuvieron la intensidad pero aún con menos ideas, por lo que cayeron en la intrascendencia.

La Uchi siguió buscando por todos los caminos, abrió la cancha y terminó tirando centros, pero se topó con un fondo muy sólido, liderado por Darío Flores y Ronaldo Conceiçao. Además, el experimentadísimo Cristian González y el joven Agustín Ale clausuraron los laterales.

Ángel Rodríguez y Gorriarán marcaron el balance en el medio, y hasta el joven Schiappacasse terminó poniendo los pulmones al servicio del equipo y marcando en su propio campo. Apenas hubo un par de aproximaciones de los azules en el segundo tiempo, bien resueltas por Nicola Pérez.

River, aquel del tiqui tiqui que cada vez se ve menos, jugó como debe jugarse un partido de Copa Libertadores en condición de visitante y empezó a escribir una historia que seguirá escribiendo el próximo martes, cuando reciba al copetudo Palmeiras.

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