Peñarol se despidió de la Copa Libertadores pese a sacar un resultado que, antes de empezar su participación en el grupo 4, podía catalogarse de positivo. El 0-0 ante Huracán en Buenos Aires no hubiese sido malo de no ser por la pésima campaña de las primeras cuatro fechas, pero la obligación era traerse los tres puntos a Montevideo.
Dada su incómoda situación en la tabla, el equipo carbonero salió a buscar el arco rival y jugó sus mejores 20 minutos de la copa. Enchufado en defensa, buscando abrir la cancha y con Diego Forlán muy activo en su nueva posición de volante, generó situaciones de peligro y acarició el 0-1 el conjunto mirasol, aunque también tomó riesgos atrás.
Huracán, que durante la primera mitad no pudo hacer entrar en juego a Ramón Ábila (fue bien neutralizado) y se vio obligado a buscar con remates a distancia, salió del asedio aurinegro a los 22’, cuando Nahitan Nández le entró durísimo a Mauro Bogado con la suela extendida y fue bien expulsado.
Da Silva sacó a Albarracín, el único que estaba en duda por cuestiones sanitarias, y reforzó la marca con el ingreso de Tomás Costa, llevando a Forlán a la izquierda del mediocampo y a Palacios a la derecha. Pese a lo defensivo del cambio, Peñarol buscó atacar en bloque y ordenado, aunque cada vez con menos frecuencia.
Diogo Silvestre avisó con un potente zurdazo a los 31’, y un minuto después un desborde de Mariano González por derecha que no pudo definir bien Ábila en el borde del área chica carbonera fue la respuesta. Un rato más tarde el elenco anfitrión reclamó con razón una mano de Marcel Novick dentro del área amarilla y negra.
El segundo tiempo fue un monólogo de Huracán, que bombardeó el arco notablemente defendido por Gastón Guruceaga. El arquero de Peñarol jugó el mejor partido de su carrera tapando no menos de ocho pelotas claras de gol y se agigantó ante remates a distancia, desde el punto penal y hasta adentro del área chica.
El esfuerzo defensivo de Palacios y Forlán por las bandas, y la seguridad de los centrales para contener a Ábila, ya no alcanzaban. El equipo de Eduardo Domínguez arrinconó al del Polilla da Silva, que esporádicamente sacó algún contragolpe que no pudo definir bien.
Huracán buscó con variantes ofensivas el gol que lo dejara virtualmente clasificado de cara a la última fecha, pero no lo logró. Cuando lo hizo en los pies de Montenegro a los 91’ fue anulado por un offside pasivo de otro jugador.
En la recarga casi lo gana Hernán Novick pero lo evitó Marcos Díaz con una gran atajada, y en el tiro de esquina marcó Guruceaga de cabeza pero Affonso cometió falta sobre el guardameta del Globo, por lo que la conquista fue invalidada.
Entre tanta polémica al final, los dos planteles fueron con todo a protestar al árbitro ecuatoriano, que acertó en esas últimas dos decisiones pero antes debió expulsar a Fritzler por un durísima plancha sobre Costa.
Montevideo Portal