Nacional empató sin goles en su visita a Atlético Nacional en Pereira, donde la previa del partido fue totalmente atípica por los episodios que se generaron en el hotel y que derivaron en la decisión de no presentarse y en la posterior marcha atrás por las presiones de la Conmebol. En lo deportivo, el resultado lo dejó prácticamente eliminado de la posibilidad de llegar a octavos de final.
No se habían terminado de acomodar en el campo y a los 3’ ya se dio el primer tumulto. Hubo un choque de cabezas entre el colombiano Sebastián Gómez y Felipe Carballo que terminó con una escaramuza y el volante uruguayo sustituido por el golpe. A los 6’ ingresó en su lugar Facundo Píriz, de buen trajinar en el mediocampo y clave al marcar el balance.
El Bolso planteó un 4-4-2 claro en el que intentó tomar la iniciativa, obligado por la tabla, y avisó con un par de tiros libres de Leandro Fernández que resolvió bien el arquero Aldair Quintana. Por la misma vía estuvo a punto de abrir el score Danovis Banguero a los 22’, pero su zurdazo desde la medialuna pasó a centímetros del ángulo.
Un par de minutos después se dio la más clara para Nacional en todo el primer tiempo; Brian Ocampo habilitó en profundidad a Guzmán Corujo, que se soltó sorpresivamente al ataque, y cuando el zaguero quedaba de cara con el arquero apareció el defensor Geisson Perea con un cierre estupendo que valió por un gol.
Ocampo no sólo se mostró como el más peligroso de los tricolores en la primera mitad, sino que además fue blanco constante de las infracciones de los rivales. El elenco colombiano apeló a la falta de manera sistemática para frenar los arranques del veloz extremo albo, quien a velocidad y agilidad empezó complicando por su sector derecho y luego se diluyó.
Segundo tiempo: otra roja que complicó
Nacional, que no había pasado grandes zozobras en el primer tiempo, empezó a sufrir en el segundo con jugadas a balón parado y con pelotas perdidas en su propio campo que pudieron costarle caro, de no ser porque los colombianos no se mostraron finos en la resolución de las jugadas y casi no obligaron a Sergio Rochet a realizar grandes atajadas hasta los minutos finales.
El encuentro seguía siendo de alto voltaje y a los 62’ Nacional se quedó con 10 hombres por tercera vez en el torneo. Tras el tercer o cuarto tumulto del partido, Camilo Cándido le empujó la cara a Jarlan Barrera a dos metros de la posición del árbitro Diego Haro, quien le mostró la tarjeta roja y repartió varias amarillas de forma casi compulsiva.
Cappuccio movió fichas y de inmediato rearmó el flanco izquierdo con los ingresos de Agustín Oliveros y Gabriel Neves por Joaquín Trasante y Gonzalo Vega, aunque perdió poderío ofensivo al pasar a la posición de volante a Leandro Fernández, quien aportó poco y nada. Poco después el argentino, visiblemente extenuado, fue sustituido por Alfonso Trezza.
A esa altura le costaba generar peligro a Nacional, que no capitalizaba las pocas jugadas a balón parado que tenía y veía pasar los minutos sin que el resultado le sirviera. Para colmo, sobre el final fue expulsado Carballo estando en el banco de relevos, por lo que no podrá jugar el próximo martes ante Universidad Católica en el Gran Parque Central.
Ya en tiempo adicional, Rochet se lució con un par de atajadas que sirvieron para sostener el 0-0 y al menos seguir con vida en el objetivo consuelo de lograr el tercer puesto para clasificar a la Copa Sudamericana. Para esa meta sigue dependiendo de sí mismo.
Argentinos Juniors lidera con nueve puntos y le siguen Universidad Católica con seis, Atlético Nacional con cinco y el Bolso con dos. El bicampeón uruguayo está obligado a sumar los seis puntos ante Universidad Católica y Argentinos Juniors en Montevideo.