Nacional empató un partido al que el 0-0 le calzó perfecto. Ninguno exhibió méritos para llevarse el triunfo, dentro de un trámite que distó mucho de ser un espectáculo. De los dos lados se priorizó el cero en el arco propio y ninguno se desordenó, por lo que la división de honores terminó siendo lógica.
Los tricolores salieron a buscar el partido de entrada y demoraron 20 segundos en poner la pelota en el área chica rival. La presión alta y los recursos técnicos de los brasileños para sortearla evidenciaban que el ritmo del elenco de Munúa no sería sostenido en cuanto al despliegue, por lo que tuvo que bajar unos metros el bloque de presión.
Corinthians se fue adueñando de la pelota y la hizo circular con dinámica y precisión en la primera etapa, pero sin profundidad como para inquietar. La marca del mediocampo local no funcionaba y Nacional no robaba el balón, sino que lo recuperaba cuando su rival lo perdía con malos pases. En ese rubro la excepción fue Espino, el mejor del fondo.
Justamente por el sector zurdo del Pacha atacó el Bolso, que desde un anticipo de su lateral izquierdo en campo rival generó la única jugada de gol clara del primer tiempo. Nicolás López recibió de Espino, jugó para Barcia y picó a buscar al vacío el buen pase de Sebastián Fernández, pero al quedar de cara con Cassio le erró por muy al arco a los 28’.
Después el partido cayó en un pozo hasta avanzado el segundo tiempo. Aquella buena circulación del comienzo se transformó en fricción constante, y los dos equipos se limitaron al objetivo de limitar al oponente. De hecho, no hubo oportunidades claras hasta el minuto 65, cuando Cassio detuvo un cabezazo de Sebastián Fernández.
No fue esa la única jugada en la que ganó de arriba Nacional, que también exigió al arquero visitante con una peinada de Victorino. Los albos se impusieron en el juego aéreo y en los últimos 20 minutos adelantaron el bloque de presión para buscar el encuentro más cerca del arco rival, pero por momentos confundieron velocidad con apuro.
Corinthians, lejos de desesperarse por marcar ese gol que anhela todo visitante, se dedicó a defenderse e intentó por momentos hacerlo con la pelota. Como en toda la noche, no lastimó el Timao cuando la tuvo y casi no remató al arco, pero a juzgar por su actitud en el tramo final pareció haber hecho negocio de cara a la revancha del próximo miércoles.
Montevideo Portal