El partido, que prometía goles, comenzó con un Nicola Pérez sacándole una pelota fenomenal a Nicolás López. Minutos después River despertó y aprovechó la llegada al área rival para convertir el 1-0 tempranero de la mano de César Taján a los 5`.
Tres minutos después, a los 8`, Mauricio Victorino empató la historia poniendo la pelota de tiro libre contra el palo izquierdo de Pérez.
Como con el zapato lustrado, otro tiro libre hizo temblar al equipo darsenero, cuando nuevamente Victorino obligó a Nicola Pérez a volar hacia su palo izquierdo enviándola al corner.
De a poco Nacional se fue afianzando en la cancha y contuvo a un River que tocaba bien en media cancha y salía rápido con la velocidad de Montelongo y Taján, pero que no hería.
Parejo y de ida y vuelta, el partido cumplía con las expectativas previas y todo parecía indicar que el marcador se abultaría. Pero no.
Nacional veía que la historia se cerraba haciendo correr la bola y, viéndose fino con las pelotas quietas, casi se pone en ventaja con un tiro de Kevin Ramírez que rozó el ángulo donde duermen las arañas.
River complicaba a Nacional pero no era profundo y el tricolor de a poco levantaba sus intenciones de ponerse arriba con varias trepadas por izquierda. De a poco Nicola Pérez se adueñaba de todas las cámaras volando hacia los palos para tapar los tiros que llegaban por los huecos que dejaba el conjunto del Prado.
Los últimos minutos del primer tiempo cayeron en un pozo y no hubo muchas jugadas de peligro para ningún lado, a no ser una del inquieto Taján y otra de Michael Santos que casi se mete de carambola al segundo palo de Esteban Conde.
El segundo tiempo comenzó con bastante intensidad y con Nacional más ordenado en la diagramación, llegando a tres cuartos de cancha con pelota dominada, generando buenos circuitos, pero sin poder concretar.
Con Nacho González en cancha por el brasileño Gamalho, Munúa apostó a la construcción de mitad de cancha en adelante para llegar con la claridad necesaria para convertir. El bolso estaba cerca y de a poco River flaqueaba, pero a pesar de llegar en bloque al ataque, el gol no se abría.
Una de Romero que tapó notable Nicola Pérez otra vez, y otra que Barcia -ya en cancha- casi pellizca con la uña cuando la bola atravesaba toda el área, dejaron al hincha tricolor con el grito clavado en la garganta.
Nacional dominaba el partido en todas las líneas, pero River no se rendía y jugaba al error del rival para aprovechar una distracción y sacar ventaja.
Pero el error llegó y no del lado que esperaba River, sino en su contra. Una pelota larga que el defensor Herrera quiso despejar pero pifió, dejó al veloz Kevin Ramírez en carrera para definir magistralmente y determinar el 1-2 a favor de Nacional.
Gol de tranquilidad absoluta para Nacional que con la victoria se aseguraba la clasificación sobrada a la próxima llave de la Copa, pero como por arte de magia y para reafirmar que no está permitido bajar los brazos en el fútbol, River consiguió el empate de pelota quieta con un centro que peinó Nacho González para despejar y se le metió a Conde al segundo palo.
Fue un poco de esperanza para el equipo de Carrasco que, a un gol de la victoria, aspiraba a sumar tres puntos y poder luchar por clasificar hasta el final. Pero no pudo y de esta forma se despidió bastante dignamente de la competición.
Nacional sumó 9 puntos con el empate y aseguró su pasaje a la próxima fase de la Libertadores. Ahora deberá jugar frente a Rosario Central, sin público rosarino, para determinar quién pasa en primero y quién en segundo lugar.
Montevideo Portal