Flamengo se consagró campeón de la Copa Libertadores de América por tercera vez en su historia este sábado, al vencer a Athletico Paranaense 1-0 en Guayaquil, donde se disputó la final única. Se suma al título de 1981 en el Centenario, donde venció al Cobreloa en un tercer encuentro, y al de 2019 frente a River Plate en Lima.

No tuvo el brillo de otros partidos, pero sí la eficacia suficiente para superar a un oponente que lo tuvo a maltraer en la primera media hora. De hecho, Vitinho tuvo dos situaciones muy claras en el arranque, dentro de un cotejo muy bien planteado por su entrenador, el experimentado Luiz Felipe Scolari.

Hubo un mojón fundamental en el trámite a los 43’, cuando Pedro Henrique vio su segunda tarjeta amarilla en el equipo campeón de la Copa Sudamericana 2021 por una entrada sobre Ayrton Lucas. El zurdo lateral de Flamengo había ingresado a los 20’ por Filipe Luis, quien salió sentido como en la final de 2021, y aportó más vivacidad.

Al impacto de la expulsión se sumó el del gol para abrir la cuenta. Éverton Ribeiro se juntó con Rodinei por derecha y tras gran pared metió un centro bajo y certero para la aparición de Gabriel Barbosa, quien definió con toque corto entrando por el segundo palo.

Para el complemento tomó las riendas del partido Flamengo y hasta pudo haber aumentado la diferencia a los 1’, cuando Giorgian de Arrascaeta puso a Gabriel Barbosa de cara al gol y el 9 no pudo en el mano a mano con el arquero Bento.

Del otro lado se vio obligado a mover fichas Scolari. A los 57’ entró Agustín Canobbio por Vitor Bueno para darle más recorrido al costado derecho del mediocampo, y a los 75’ lo hizo David Terans, quien con su pegada y manejo demostró que debió haber ingresado antes. De sus pies nació lo más peligroso del Furacao en ese último cuarto de hora en el que Flamengo se limitó a defenderse.

Ya sin De Arrascaeta ni Gabriel Barbosa, quienes salieron exhaustos a los 84’, el conjunto de Dorival Junior intentó por momentos hacer correr el reloj desde la tenencia de la pelota y acabó abrochando un triunfo que le vale ser el rey del continente por tercera vez.