Corrían seis minutos del segundo tiempo en Maracaná y se dio la primera gran polémica arbitral del partido entre Flamengo y Peñarol, correspondiente a la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores.
En una disputa aérea en el área local, Jaime Báez fue a buscar la pelota por el conjunto aurinegro y Erick Pulgar hizo lo propio por el local. El volante chileno despejó con el botín derecho y el balón le pegó en el brazo, pero no fue penal.
El árbitro venezolano Jesús Valenzuela no sancionó la pena máxima porque fue el propio futbolista de Flamengo quien jugó la pelota y le pegó en la mano, sin ninguna intención. Además, la pelota iba saliendo del área.
El primer asistente, Jorge Urrego, tampoco levantó el banderín para advertir la situación. Desde la cabina del VAR, el venezolano Juan Soto y los peruanos Michael Espinoza y Jonny Bossio también interpretaron que no fue penal.