Una de las grandes protestas que se dieron en el empate 1-1 entre Nacional e Inter de Porto Alegre en el Gran Parque Central llegó pasados los 80’.
Los albos caían a esa altura por 1-0 con gol de Alan Patrick y los de Gutiérrez estaban lanzados con todos al ataque por la igualdad. Una pelota que Leandro Lozano quiso mandar al área dio en la mano de Wanderson y Darío Herrera pitó el clarísimo penal con celeridad.
Juan Ignacio Ramírez había tomado la pelota para rematar y estaba todo pronto para hacerlo cuando el VAR entró en acción. Desde la cabina llamaron al árbitro para avisarle de una acción previa que hizo cambiar todo.
Diego Zabala en el inicio de la jugada había pisado a Igor en el área que se cayó, un movimiento que continuó pero que fue detectado por el videoarbitraje. Herrera lo fue a ver, se convenció de anular el penal y terminó sacándole amarilla a Didí.
Esto hizo estallar a los hinchas al grito de: “hijos de p…” para los árbitros, pero minutos después fue el gol de Bruno Damiani que selló la igualdad el que quebró la tranquilidad de la noche en La Blanqueada.
"Fue un pisotón", reconoció el directivo Gustavo Amoza tras el cotejo y agregó: "te da bronca que te lo cobren de local, pero cuando se ve en el VAR se ve".