River Plate jugó su mejor partido internacional en muchos años y logró una merecida clasificación a semifinales de la Copa Libertadores, minimizando al Cruzeiro. Tras caer 1-0 como local en el partido de ida, el elenco de Marcelo Gallardo se plantó en el escenario del bicampeón brasileño y jugó a lo grande.
Ya en los primeros minutos se vio en cancha a un equipo presionando arriba y buscando forzar el error del rival, y a otro que oscilaba entre la intención de cuidar el resultado que se llevó de Buenos Aires y atacar. Y esa duda lo mató al Cruzeiro, que evidenció sus limitaciones en defensa.
River forzó los errores del fondo azul y malogró un par de chances claras en el primer cuarto de hora, hasta que por fin abrió el score a los 20’. Mora se esforzó al máximo por bajar un envío largo, Teófilo Gutiérrez vio picar a Carlos Sánchez al vacío y el uruguayo aprovechó el pase del colombiano y el descalabro de la defensa rival para batir a Fábio.
No hubo respuesta del Cruzeiro en toda la noche. El uruguayo De Arrascaeta, el encargado de la generación del juego, pasó inadvertido en el primer tiempo y no salió a jugar el segundo. Leandro Damiao no fue ni la sombra del de las épocas del Inter, y los demás tampoco aparecieron.
River hacía méritos para lograr el segundo tanto y lo concretó a los 45’, cuando un córner de Ariel Rojas desde la izquierda encontró un perfecto cabezazo del zaguero Jonathan Maidana. Los millonarios desnivelaban la serie y obligaban a su rival a igualar el score para lograr la clasificación.
Si el Cruzeiro ya dejaba espacios atrás cuando le servía especular con el resultado, más aún con la obligación de salir a ganar. El equipo de Gallardo malogró una situación en el arranque del complemento y liquidó el pleito a los 7’ con gran definición de Gutiérrez tras pase de Mora.
Con ese derechazo cruzado del colombiano se terminó de liquidar un partido que a juzgar por lo visto en cancha, siempre pareció liquidado. Sobre el final el equipo brasileño buscó el descuento y tuvo un par de remates en los caños, pero no pudo ponerse en partido.
River Plate, que clasificó a octavos de final como el peor segundo de la fase de grupos gracias a la ayuda que le dieron los suplentes de Tigres de México eliminando al Juan Aurich de Perú, redondeó su mejor partido en muchos años a nivel internacional y se topará en semifinales con Racing o Guaraní después de la Copa América.
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