Botafogo silenció este miércoles el MorumBis tras eliminar a San Pablo en la tanda de penales (5-4) después del 1-1 en los 90 minutos, y se plantó en las semifinales de la Copa Libertadores 51 años después, ronda en la que se medirá a Peñarol o Flamengo, que juegan hoy desde las 19:00 horas en el estadio Campeón del Siglo.

El argentino Thiago Almada adelantó al equipo de Río de Janeiro en el minuto 15, pero su compatriota Jonathan Calleri dejó todo igual en el 87' y llevó a los penales esta eliminatoria igualada y disputada entre equipos brasileños, que venían de empatar sin goles en la ida. El propio Calleri, que estrelló su lanzamiento al palo, y Rodrigo Nestor, que no superó al arquero John, fallaron y le dieron la clasificación a un Botafogo, que no pisaba unas semis desde 1973.

Como ocurrió en Río, el miedo a equivocarse predominó entre los 22 futbolistas en el feudo paulista, todo engalanado para la ocasión. Y fue en esas que Botafogo asestó el primer golpe: en una mala salida de Luiz Gustavo. El venezolano Jefferson Savarino apuró línea de fondo y puso un centro que rechazó Rafael, con tan mala suerte que acabó en la cabeza de Almada.

En ventaja, Botafogo no se prodigó mucho en el área rival, pero su verticalidad fue un problema constante para los locales. Su juego fluía. Igor Jesus retrasaba su posición para descolocar a los centrales, Almada aparecía entre líneas y Luiz Henrique y Savarino eran una amenaza constante por las bandas. Al técnico del San Pablo, Luis Zubeldía, se le acabó la paciencia rápido y en el minuto 36 metió a Luciano por William Gomes, joven promesa de 18 años.

Hasta entonces, el plan del Tricolor se había limitado a poner balones en largo a Calleri. Aun así, la entrada de Luciano devolvió la alegría al tricolor. Bobadilla dio el primer aviso a la salida de un córner con un buen disparo que desvió por los pelos Luiz Henrique. En esa jugada el VAR detectó una mano de Bastos dentro del área interceptando un cabezazo de Lucas Moura, que no supo aprovechar la pena máxima al enviar la pelota por encima del travesaño.

Pese a todo, el conjunto paulista continuó progresando en la segunda mitad. El verse con el agua al cuello le vino bien. Mientras, Botafogo se dejó dominar para salir al contragolpe, aunque jugó con fuego y terminó quemándose. Calleri, solo en el segundo palo y a pocos metros de la línea de gol, falló lo imperdonable tras un centro de Luciano que se paseó por el área.

El ariete argentino se redimió en el último suspiro con un cabezazo de época, llegando desde atrás y elevándose más que nadie, para empatar y llevar la eliminatoria a los penaltis. Con los nervios a flor de piel, los dos bancos se enzarzaron en el tiempo de descuento. La trifulca acabó con las expulsiones de Rafinha, que había sido sustituido, y Roberto Junior Fernández, suplente del Botafogo. En los penales, John detuvo el disparo de Rodrigo Nestor y Matheus Martins marcó el suyo para dar el billete al equipo carioca.