River Plate empató este martes en Buenos Aires 0-0 ante Atlético Mineiro, que se quedó con el billete a la final de la Copa Libertadores gracias al triunfo por 3-0 obtenido una semana atrás en el duelo de ida en Brasil. El equipo brasileño se aseguró así su lugar en el encuentro decisivo, que se disputará el próximo 30 de noviembre, justamente, en el estadio Monumental, mismo escenario del partido de ayer.

El Millonario, con base en un planteo ofensivo y a una presión asfixiante, controló el balón durante gran parte del primer tiempo, aunque, más allá de algún desborde de Pablo Solari, un par de remates desde larga distancia y varias aproximaciones mediante jugadas de pelota parada, no logró inquietar al arquero brasileño. La ocasión más clara de la primera mitad la tuvo Deyverson, definitivo para Atlético Mineiro en la ida con un doblete, que desperdició un uno a uno ante Franco Armani tras un error de Matías Kranevitter.

La segunda parte comenzó con una dinámica similar a la primera, aunque los dirigidos por Gabriel Milito casi abren el marcador en el tercer minuto gracias a un remate de larga distancia de Gustavo Scarpa que impactó en el travesaño y picó prácticamente sobre la línea del arco de Armani, que luego detuvo el tiro de Deyverson tras tomar el rebote.

La creciente desesperación de River por anotar lo llevó a dejar cada vez más espacios en defensa, que Mineiro intentó aprovechar mediante varios contraataques que sin embargo no dieron frutos. El ingreso de Claudio Echeverri y Franco Mastantuono a falta de media hora le dio mayor verticalidad al Millonario, que a los pocos minutos tuvo la oportunidad de gol más clara de todo el encuentro en un uno a uno del Diablito, tapado por Everson.

Los últimos 20 minutos del partido fueron una lluvia de centros de River, tanto de pelota parada como mediante la proyección de Bustos y Acuña, que sin embargo no pudieron conectar con el ingresado Adam Bareiro. Everson, junto a Renzo Saravia, Rodrigo Battaglia y Júnior Alonso, se convirtieron en un muro que protegió el arco del conjunto brasileño y le permitió alcanzar la segunda final de Copa Libertadores de su historia, tras la disputada en 2013, cuando se consagró campeón derrotando a Olimpia.