Leonardo Ramos, exentrenador de Peñarol, habló en Punto Penal de Canal 10 y contó que “tenía contrato hasta diciembre de 2023” y que “no era un plantel que habíamos armado nosotros, y eso fue lo que más me llampo la atención en el momento que nos dan la salida”.
Sobre el presidente Ignacio Ruglio, dijo “no sé si quería” que se quede “porque me tendría que haber quedado”. “Cuando se rumorea algo en Peñarol, sabe que estás afuera. Sé como se maneja el club con estas cosas”, añadió.
Pese a tener una relación de amistad con Ruglio, “no” hablaron “más”. “Hablamos a los pocos días de haberme ido”. “Estábamos armando el plantel para lo que venía. Los jugadores estaban cansados por la situación”, afirmó, y siguió: “Se dijeron cosas falsas del equipo, del trabajo y de mi salida”.
“Con Juan Pedro (Damiani) tenía más relación. Terminamos con una muy buena relación, pero dado los momentos, tenía mejor comunicación con él”, dijo. “No me decepcionó” Ruglio, pero “abrió demasiados frentes para él. Se hizo cargos de muchas cosas, donde pudo haber delegado un poco más. Esto agobia”.
“Estuve siempre al lado de él en momentos complicados de su vida, y creía, porque me lo dije, que en Peñarol no se tomaba la decisión de echar a un entrenador a los tres meses, que trabajara tranquilo. Cortó por lo más fino”, ahondó.
Aseveró que “en Peñarol siempre manda el presidente, supongo que ahora también”, pero “se le dio mucha importancia a la Cuidad Deportiva y dejaron cosas de lado, como la inversión en el plantel o en el campo de juego”.
Con Pablo Bengochea se juntaba a hablar “todas las mañanas a hablar de fútbol”. “No puedo decir nada de él porque no sé qué hacer después de las conversaciones”. “Hasta el momento que me fui, creí que éramos confiables”, siguió.
“No sé si el club hizo lo necesario para retener al Cachila Arias”, comentó sobre el zaguero, quien jugó con Ramos en su llegada, pero luego se fue. “El club necesitaba a alguien que conociera, pero pensándolo fríamente después, no se era para haber ido”, concluyó.