El entrenador de Peñarol, Mauricio Larriera, mostró su conformidad tras la victoria por 1-0 ante Sporting Cristal en el duelo de vuelta de cuartos de final de la Copa Sudamericana, que lo colocó entre los cuatro mejores de la competencia con el aditivo del retorno de los hinchas al Campeón del Siglo.
"Era la obligación que teníamos, ganar de local y con nuestra gente", comenzó diciendo Larriera en conferencia de prensa y destacó: "cada partido es una historia distinta y lo que cambio de primero en Lima fue la chance de poder jugar con una pequeña parte de la hinchada, un sueño cumplido en lo personal".
"Sentir el aliento de la gente, la emoción del hincha de volver a su cancha en esta situación de pandemia, es increíble", destacó y agregó: "teníamos que cerrar la llave, hacer un partido bueno en todas las facetas del juego. Cristal es un equipo con posesión de pelota, tratamos de cortar los circuitos y que funcionaran nuestras alas, las bandas. Siempre salimos a buscar lo mismo que es ganar y eso no cambia".
Sobre el buen momento en el torneo internacional y los cuestionamientos por los cuales debió pasar tiempo atrás, fue claro al decir: "los entrenadores tenemos que vivir con este tipo de cosas, es lo normal y más en un equipo gigante como es Peñarol".
"Llegué al club con un 99.9% de desaprobación, entonces los cuestionamientos no me hacen daño, porque hago lo que tengo que hacer, trabajar, tratar de generar un buen ambiente y buscar ganar, siempre con un estilo que pregonamos en la medida que se pueda. Es algo con lo que convivo y me tiene sin cuidado", agregó.
Emociones y posiciones
Larriera fue consultado sobre el debut de Juan Manuel Ramos en el lateral y la actuación de Valentín Rodríguez jugando en zona de volantes y evaluó: "a Juan Manuel queríamos verlo, ya que si bien lo conocíamos, no había tenido la posibilidad de jugar. Había que buscar un trámite de posesiones largas y mejorar en el juego aéreo y él tiene oficio. Rodríguez es polifuncional y versátil, lo estamos armando y construyendo como lateral, pero puede hacer toda la banda. Buscamos hacer un buen tándem por izquierda con ellos, aprovechando la pierna zurda y darle amplitud al frente del ataque".
Sobre la planificación del cotejo, señaló que se encaró principalmente desde "lo anímico" y reflexionó: "desde lo futbolístico teníamos cosas concretas y certezas. Se preparó con madurez, porque no acostumbramos a subestimar a nadie, volvía la gente, pesaba el resultado que habíamos logrado de visita y tratamos de dar tranquilidad, mantener el buen ambiente que hay en el día a día".
"Estamos haciendo una muy buena Copa, pero cada partido es una historia nueva", repitió para luego decir: "una de las claves para este partido fue la gestión y el gerenciamiento de las emociones ante las diversas situaciones que se pudieran dar. De eso se encargaron los referentes de la institución y también el área deportiva, que colaboraron mucho en ese aspecto".
Y cerró haciendo referencia una vez más a la presencia de los hinchas en la tribuna: "después del resultado fue una de las cosas más especiales que me pasaron en mi vida. Esto lo soñé desde niño, cuando jugaba descalzo en el campito en Florida, con la camiseta de Peñarol y el número nueve que me lo había pintado mi madre. Tener la oportunidad que me da el destino de llegar a este momento y jugar un torneo internacional con gente en estas instancias, realimente fue emotivo y tuve que contener y gestionar mis emociones".