Hace unas semanas la renovación de Lionel Messi con el París Saint-Germain
parecía un mero trámite. Desde entonces, con el Mundial en el bolsillo, la
continuidad del argentino más allá de 2024 no parece cantada.
El rosarino firmó a mediados de 2021 un contrato de dos
temporadas por el club francés, por lo que desde el 1º de enero es libre de
negociar con cualquier club del mundo. El acuerdo incluía una temporada
suplementaria si ambas partes estaban de acuerdo.
Antes del Mundial catarí el presidente del PSG, Nasser
Al-Khelaifi, mostró su deseo de contar con Messi por una tercera temporada y
dejó entrever que todo iba por el buen camino.
El jugador entonces no lo valoró y aseguró que hablarían tras
el Mundial, al tiempo que su entorno dejaba entrever que tras un primer año de
transición Messi se siente ya cómodo en París y listo para proseguir la
aventura.
En las últimas semanas aparecieron algunas nebulosas en lo
que parecía un asunto claro. Aunque ni el jugador ni el club lo admiten de
forma oficial, la firma parece haber encallado y la continuidad en Francia no
es ya un asunto cerrado.
El PSG quita hierro a los problemas y asegura que las
negociaciones están “dentro del calendario fijado”, que preveía que la
negociación se concretara tras el Mundial.
Según publica este miércoles el diario L'Équipe, el
club ya no está dispuesto a ofrecer las mismas cantidades al jugador, dado que
se vio obligado a apretarse el cinturón por la vigilancia creciente de la UEFA
sobre sus cuentas y porque hizo un enorme esfuerzo para retener a Kylian
Mbappé, convertido en el eje central del plantel y en el jugador mejor pagado.
APRETURAS FINANCIERAS
En su balance, el PSG registra unas pérdidas de 370 millones
de euros durante el ejercicio pasado, lo que limita el margen de maniobra de su
sector deportivo que ya provocó que la UEFA le impusiera una multa de 65
millones.
El futbolista, además, vio como el club no pagó la totalidad
de las comisiones previstas en el contrato firmado a mediados de 2021.
Sobre la mesa del padre del jugador, que gestiona sus
intereses económicos, figura una oferta en firme del Inter Miami, que supondría
una puerta de salida a la carrera del campeón del mundo, que en junio próximo
cumplirá 36 años.
Según L'Équipe, el conjunto de la MLS no escatima en
medios financieros para hacerse con el futbolista, algo que tienta también a
algunos clubes de Arabia Saudita, que quieren entrar de lleno en un mundo en el
que sus vecinos cataríes les sacaron ventaja.
Messi es ya embajador turístico de Arabia Saudita, aunque
promocionar su candidatura para el Mundial de 2030 no parece sencillo, ya que
Argentina también opta a esa fecha.
El PSG también tiene argumentos para mantener a la estrella
de Rosario. El jeque Tamin ben Haman Al-Thani, que le entregó el pasado 18 de
diciembre la Copa del Mundo, desea por todos los medios conservar al jugador.
A su favor cuenta con un argumento de peso: el PSG ofrece a
Messi una plataforma deportiva de alto nivel competitivo, algo a lo que no
pueden aspirar ni los clubes estadounidenses ni los saudíes. Es un
elemento que puede cobrar mucho peso si, como parece, Messi se decide a
prolongar su aventura con la selección, al menos, hasta la Copa América de 2024.
De hecho, el jugador ya no descarta estar con su selección en
el Mundial de 2026, para lo que debería seguir en la alta competición, algo que
tendría en la capital francesa.
EFE / FútbolUy