La increíble racha de Pezzolano: Real Valladolid volvió a ganar y sueña con la salvación

El solitario gol de Monchu, la buena defensa desplegada por el Real Valladolid, con un Hongla muy seguro, y las acciones de Jordi Masip, han dado tres puntos más al Real Valladolid, ante un luchador Girona, que intentó sacar algo positivo del José Zorrilla hasta el final.

La llegada de Paulo Pezzolano cambió por completo al Real Valladolid. Ya son tres partidos del uruguayo al frente del Pucela y han sumado siete de los nueve puntos en juego y le permite escapar del descenso. Igualmente, este sábado no pudo estar en cancha por una suspensión de dos partidos tras ser expulsado el encuentro pasado.

Cristhian Stuani fue titular en el Girona, que no contó con Santiago Bueno por lesión. Lo curioso del partido es que el conjunto visitante tuvo que realziar dos cambios antes de los 10 minutos, y es que salieron sentidos Toni Villa y Aleix García.

Los locales presionaron para mantener el mayor tiempo posible la posesión del balón y tratar de sorprender con contraataques. Y así, tras una jugada del Girona a los 24 minutos, en la que el disparo de Reinier fue desviado por El Yamiq, el ecuatoriano Gonzalo Plata logró centrar al área chica y encontró a Monchu, que no perdonó.

Pero los catalanes reaccionaron de inmediato con un lanzamiento de Javi Hernández que obligó a intervenir a Masip para evitar el gol visitante. Pero los de Paulo Pezzolano tampoco cejaron en su empeño de crear peligro. Escudero pudo desmarcarse e irse en velocidad, pero su disparo fue desviado por un atento Paulo Gazzaniga.

Girona salió con más intensidad a la segunda parte y ganó la lucha por tener el esférico, de ahí que la primera llegada al área rival fuera de Iván Martín, que encontró a El Yamiq para frenar su disparo, y también a Masip. El local respondió con una internada de Plata, que llegó a línea de fondo, cedió a Kike Pérez para que centrase a Larin, quien remató de cabeza ante un gran Gazzaniga, que evitó el gol.

Los catalanes respondían con una peligrosa llegada que dejó a Valery con todas las opciones para rematar a placer pero, inexplicablemente, lo hizo fuera. Eso motivó al equipo, que volvía a insistir en ataque, esta vez, con un potente disparo de Reinier que Masip rechazó con la cara, impidiendo el empate.

La capacidad de sufrimiento volvía a ser una necesidad para los locales, que a pesar de los cambios no lograban crear jugadas de peligro, ante la presión impuesta por los de Míchel, que insistieron una y otra vez, aunque finalmente no encontraron el acierto necesario, ante la barrera impuesta por los vallisoletanos, y por Masip.