A poco más de un mes de su fallecimiento, Santiago García no sólo vive en el recuerdo de quienes lo vieron jugar al fútbol, sino que además está presente en un mural del lugar donde dio sus primeros pasos. Con los brazos abiertos en forma de abrazo de gol, el Morro quedó inmortalizado en una pared del Complejo América. Hernán Suárez, el encargado de pintarlo, concretó así su cuarta obra, que sin dudas fue la más emotiva por su significado.
Hernán, de 30 años, estaba haciendo un mural de Luis Suárez en la esquina de Lucas Píriz y Surraco. Era noviembre y un hombre corpulento y de tez morena se le acercó para hacerle algunas preguntas sobre su arte. Nunca lo había visto y tampoco sabía quién era, pero se quedaron conversando. Le contó de su deseo de pintar futbolistas y protagonistas de otros deportes surgidos en la cantera de su querido Nacional en las paredes de La Blanqueada.
La animada charla terminó con una confesión de quien fotografía con el pincel: “El próximo me gustaría que sea del Morro García porque es mi jugador preferido”. Lo que no sabía es que estaba hablando con Gonzalo ‘Chala’ García, el hermano de su próximo homenajeado. Tres meses después, y con la tristeza aún a flor de piel, el Chala se acordó de su intención de hincha y lo recomendó para pintarlo donde sus vecinos pudieran verlo y abrazarlo para siempre.
“Julio Pimienta, un amigo de toda la vida del Morro y del Chala, fue el de la idea original y el que me contactó. Le agradezco a él, al Chala y a todos sus amigos por hacerme sentir uno más, ya sea con un refresco o una pizza mientras me contaban anécdotas. Atesoro muchísimo lo que pasé en todos estos días”, contó Hernán a FútbolUy.
“Los vecinos del Complejo América se juntaron para comprar los materiales y para pagarme un viático, aunque para mí no fue lo importante. Mi idea nunca fue lucrar con una tragedia ni hacerme famoso. La verdad es que fui con la intención de hacerlo, no de ganar una plata. Ellos quisieron sentirse parte y valorar mi trabajo pagándome un viático”, destacó.
Los ideólogos le pidieron permiso a la Comisión Vecinal y allá fue a pintar en el salón comunal, frente a la policlínica. “Los vecinos se sienten parte y la organización fue de los amigos de toda la vida del Morro. Mi ánimo fue encontrar un espacio de desahogo y de recuerdo. Un lugar de encuentro de hinchas y gente que lo quería como yo”, puntualizó.
“Tengo 30 años, como el Morro, que fue un jugador muy querido para los hinchas de mi edad porque Nacional venía mal. El resurgimiento fue con esa generación de juveniles; Coates, Lodeiro, Píriz, Calzada y Mauricio Pereyra. Pero con el que más se identificó la gente, por lejos, fue con el Morro. Por su personalidad, por los goles en clásicos y finales, y porque siempre dejaba todo y aparecía”, recordó, y explicó la imagen elegida por ser “un gol consagratorio”.
Optó por una foto que no es de las más vistas cuando se buscan sus imágenes. Data del 15 de febrero de 2009, cuando el Bolso venció a Danubio 2-1 de atrás en el Centenario con goles de Álvaro Fernández y Santiago García para quedarse con el Apertura 2008, cuya definición se había dilatado hasta el año siguiente.
“Me gustó la foto con la cara de guacho, con 18 años recién cumplidos. Es una imagen victoriosa y juvenil. Ni siquiera tenía la típica chivita de él. Estaba gritando un gol y me gustó la forma de festejarlo, estirando los brazos como un símbolo de victoria y de abrazo. Por eso incorporé imágenes del complejo, como abrazando al lugar de donde siempre fue”, explicó
Junto al grito de gol aparece “la torre del tanque de agua del Complejo América, que es muy característica, y del otro lado la forma de las viviendas con el cartel del G2, que era su block”. Además, cerró la obra que le demandó unas 20 horas repartidas en varias sesiones con una frase del homenajeado: “No somos robots. No estamos hechos de acero”.
“Elegí esa frase porque es algo que me golpeó también a mí y estoy seguro que la mayoría de las personas acá pasamos; sentirnos culpables y que nos equivocamos. Que hay situaciones que nos superan. Está bueno darse cuenta que uno no es invencible ni insensible. Que las cosas nos pasan y perdonarnos por equivocarnos. Tal vez es el primer paso que debemos dar para sanar esta epidemia de una tragedia atrás de la otra”, reflexionó.
Ya pintó a Alfredo Zitarrosa y a su amiga Paula Minetti en Pérez Castellanos, y a Luis Suárez en La Blanqueada, donde quiere seguir homenajeando a aquellos que salieron de la cantera tricolor. Todavía no tuvo contacto oficial con nadie del club pero sí con muchos hinchas que piensan proponer su nombre para pintar al Morro cerca del Gran Parque Central.
Sea con su jugador favorito o con otros, reivindica al fútbol y entiende que “el arte callejero en Uruguay no tiene mucho contacto con el fútbol”. “Los muralistas más conocidos, como Gallino o Colectivo Licuado encaran su propia estética y otros temas más relacionados con la actualidad. El fútbol pasa a un segundo plano y yo entiendo que no debería ser así porque es la manifestación cultural y popular más grande que hay acá”, opinó.
“En el caso de este trabajo con los amigos del Morro, fue un trabajo importantísimo para mí porque estuve encausando un montón de sentimientos, emociones y experiencias. Para mí es un viaje hacer este mural y que algún amigo se quiebre y quiera agradecer y darme un abrazo. Son muchas cosas que hay que manejar. Que haya personas que encuentren un lugar donde se sientan identificadas”, valoró.
“Es ser una herramienta para que un grupo de vecinos o cualquier persona que se sienta identificada a través de algo pueda usarme a mí para expresar cosas que tal vez no pueda hacer por sus propios medios. Trato de poner la técnica y ser como un recipiente. Mi interés es trabajar con identidad, con referentes e ídolos. Con lo que es importante para las personas”, señaló, y apunta a potenciar el arte callejero.
“Me encantaría que en la zona del Parque Central, como hay en estadios de Argentina o en Europa del Este, haya calles donde los hinchas pasen a sacarse fotos con las obras que hacen los propios hinchas. Capaz que es muy ambicioso, pero me encantaría que fuera un punto de génesis para ayudar a otros hinchas a hacer sus propios murales, darles métodos y hacerlos juntos”, explicó, aunque es consciente que no habrá ninguno que iguale al del Morro en lo emotivo.