La futbolista
uruguaya Yamila Badell, que milita en el Huesca de la Segunda RFEF (Tercera División
de España), publicó en las últimas horas en redes sociales una fuerte denuncia
que hizo junto a sus compañeras de equipo, en la que reclaman por una serie de
falencias que está teniendo el club.
“Nos dirigimos a ustedes con la máxima responsabilidad y desde una profunda preocupación por la situación que atravesamos como jugadoras del primer equipo femenino”, comienza el documento, y sigue: “Hoy alzamos la voz en defensa de nuestras condiciones laborales, de la dignidad y el respeto que merecemos”.
“En las últimas semanas, hemos sido testigos de decisiones que amenazan con afectar gravemente nuestro desempeño, nuestra salud y nuestra confianza en el proyecto al que hemos dedicado nuestro compromiso y esfuerzo: la eliminación o falta de personal esencial cualificado para nuestra actividad deportiva, según lo planteado en las medidas del ERE”, añade sobre la falta de perfiles de dirección técnica, ayudante de entrenadora y preparador físico.
Además, “de los trabajadores afectados por el ERE, un 25% pertenece al área de fútbol femenino, lo que constituye un claro ejemplo de desmantelamiento del fútbol femenino y envía un mensaje de desprotección y falta de compromiso hacia el deporte femenino”. Esas decisiones llevan a consecuencias que detallaron y que se pueden leer en el comunicado.
Ahondan en que “es profundamente decepcionante que, tras años de compromiso del principal patrocinador, CASADEMONT del GRUPO COSTA, incluyendo un préstamo para salvar al club este verano junto con el GRUPO ARQA, las primeras acciones de la nueva gestión de Ricardo Mur, respaldada por Jorge Costa, sean el desmantelamiento del fútbol femenino. Esto va en contra de los valores de apoyo al deporte femenino promovidos hasta ahora, y las jugadoras sentimos que hemos sido engañadas y nuestra confianza traicionada”.
“Por todo lo expuesto, hacemos un llamado urgente a la directiva de la SD Huesca, a los organismos deportivos y a las instituciones públicas responsables para que se conserven las condiciones laborales adecuadas, con el personal especializado y los recursos indispensables para nuestro desempeño profesional, hasta final de temporada, momento en el que el club podrá tomar las decisiones que considere oportunas sobre el futuro del equipo y nosotras podremos decidir con total claridad sobre nuestro futuro personal, laboral y deportivo”, ahonda.
Y cierra: “Solicitamos que se escuche nuestra voz y se tomen las medidas pertinentes para asegurar que situaciones como esta no se repitan. El fútbol femenino no puede seguir siendo una promesa incumplida. Somos profesionales, y exigimos ser tratadas como tal. No pedimos privilegios, sino condiciones justas y dignas para realizar nuestro trabajo en igualdad de oportunidades”.