Por Andrés Cottini
A_Cottini
Un elemento, una imagen, una palabra o hasta una foto, a veces terminan cobrando un valor increíble, con una simbología detrás que determina momentos, siendo un espejo recurrente al cual mirarse, recordar y buscar objetivos.
Para el remo uruguayo es una simple escalera, que increíblemente se transformó en un elemento recurrente al cual apostar por su entrenador para marcar un camino que el sábado tuvo uno de sus momentos de éxito total: Felipe Klüver siendo campeón del single ligero en el Mundial sub-23 de Italia, Varese.
Cuenta la historia que allá, por mayo del 2021, una delegación de remeros celestes, entre los que estaban Bruno Cetraro y el propio Felipe Klüver, viajó a realizar una concentración a la altura de México, más precisamente a la altura de 2.575 metros sobre el nivel del mar en la localidad de Villa Victoria, México.
Al llegar y en palabras de Osvaldo Borchi, entrenador argentino de la selección, se trasladaron a la casa que se había alquilado y se encontraron con una realidad, quizás inesperada.
“Estaba ‘pelada’, completamente ‘pelada’, prácticamente no tenía nada”, recordó mientras continuaba con su relato: “estaba recién pintada y los trabajadores habían dejado una escalera en una de las salas, que, de golpe, me la encontré de frente”
“Para ejemplificar, en esa casa todavía no estaban puestas las puertas de los baños por lo cual tuvimos que poner cortinas”, contó y volvió a la escalera: “tenía todos los palos chuecos, algunos escalones atados con alambre y enseguida se me vino a la cabeza: ‘esta esta es la escalera que nos va a llevar al éxito’”.
Entonces Borchi decidió darle un valor, un simbolismo, fue por eso que tomó un papel, una lapicera y le colocó un cartel que decía: “¡Vamos arriba Uruguay! Esta es la escalera para alcanzar la gloria”.
“Sentí que era una imagen bien representativa de lo que somos. Muchos tienen escaleras de metal, otros de cemento, mecánicas, ascensores, pero la nuestra es así, con un poco de alambre oxidado, con unos clavos, alguna madera floja, pero no importa, es la que tenemos y con la que vamos a subir y con la que estamos subiendo”, señaló.
“Es el reflejo y lo que nos representa e impulsa. No importa la escalera, lo importante es el trabajo, esa es la llave de todo, la entrega, ganas y convicción. Con el triunfo de Felipe (Klüver) en el Mundial me acordé de esa escalera con alegría. A medida que va pasando el tiempo esa escalera tiene mayor importancia porque nos identifica, con ella llegamos donde estamos y seguiremos adelante por nuevos objetivos”, cerró diciendo.
Lo cierto es que desde aquel momento en el 2021, y solo para repasar a grandes rasgos, Uruguay ganó el diploma olímpico en Tokio, fue doble medallista en Copa del Mundo, logró colocar por primera vez un bote femenino en la final de un Mundial y obviamente Felipe Klüver fue campeón mundial sub-23.
Por Andrés Cottini
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