La final de Catar 2022 fue la más espectacular de la historia mundialista por juego, emoción, dramatismo y desenlace. Por tercera vez, el campeón se definió a través de una tanda de penales, aunque eso no le quita mérito ni la pone al nivel de los dos empates anteriores, que fueron tediosos.
El triunfo de Brasil sobre Italia en 1994 por penales, luego de un soporífero 0-0 en Estados Unidos, fue mucho peor que el 1-1 registrado entre Italia y Francia en Alemania 2006, donde desde los 11 metros terminaron imponiéndose los de la Nazionale Azzurra.
El 3-3 entre Argentina y Francia solo es comparable, según puso en su portada The Sun, con el 4-2 de Inglaterra sobre Alemania en 1966. Aquella tarde en Wembley ganaron los locales y fueron reyes del fútbol por primera y última vez en su historia, y también fue necesario disputar una prórroga.
Helmut Haller adelantó a los germanos a los 12’, pero seis minutos después igualó Geoffrey Hurst. Martin Peters dio vuelta el tanteador a los 78’, pero a los 89’ apareció Wolfgang Weber para capitalizar un rebote y mandar el partido al alargue.
Hurst, a los 101’, con un gol que nunca debió validarse metió el 3-2; y el propio Hurst sentenció a los 120’ con un zurdazo a la carrera que le permitió ser el primer jugador capaz de meter un triplete en una final. Ese logro lo empardó este domingo Kylian Mbappé.
En la galería de partidazos también hay un lugar para el 3-2 de Alemania sobre Hungría en 1954, cuando los germanos perdían 2-0 a los ocho minutos y terminaron ganando; y para el 3-2 de Argentina sobre Alemania en 1986 en México, donde los albicelestes ganaban 2-0, les empataron a los 80’ y lo ganaron tres minutos más tarde.