Carlos Sánchez no ha contado con mucha participación en este primer semestre del Campeonato Uruguayo con Peñarol debido a las retiradas lesiones que ha tenido. Jugó 546 minutos, repartidos en 16 partidos, en los que convirtió tres goles y dio tres asistencias. En diálogo con Minuto Uno de Radio Carve Deportiva, habló de toda esta situación.
“La evaluación que hago es media. Venía con una idea clara de poder ayudar de donde me toque”, destacó, y añadió: “Me llevó en contra querer estar en el clásico y por eso se me agudizó más la lesión. La idea era venir y jugar, por lo que me quedo con que podía, y puedo, dar mucho más. Me estoy preparando y estoy cada día mejor”.
El volante de 38 años aseguró que “como jugador, quiero jugar, y más si estoy bien, porque puedo ser útil. Pero Darío [Rodríguez, el entrenador] es el que decide y si no me toca jugar, obviamente me voy a enojar, pero el elegirá la mejor opción y lo mejor para Peñarol. Estoy para apoyar”.
Darío Rodríguez “le dio al equipo una inyección de alegría, de querer mejorar día a día. Rota la rutina de todos los días y está cerca del jugador, están muy pendientes. Da libertad para expresarse y cayó muy bien en todos”. “Me siento más cómodo siendo un tercer volante. La banda la puedo hacer, pero no me pidas que los 90 minutos baje y corra al lateral porque sé que no me va a dar a esta altura. Conozco mis limitaciones”, dijo sobre su posición en la cancha.
Luego habló de la etapa de Alfredo Arias, refiriéndose a las rotaciones que hacía: “Uno no se podía quedar. Si uno jugaba bien y al otro partido quedaba en el banco, iba sacando la confianza. Es difícil salir de ese bajón, pero después está la motivación de cada uno de querer jugar, sabiendo en que club estás. No se entendía”.
“Hablamos seguido y me preguntaba como veía al equipo. En muchas cosas coincidía y en otras no, pero eso no se lo iba a decir porque no era mi rol”, señaló, y contó: “Discutía mucho con él porque me decía: ‘Hoy te voy a dar 50 minutos’. Yo le decía que no me diga porque quería jugar hasta donde me dé, si estoy jugando bien, para que me iba a sacar”.
“Me decía que precisaba que entre gente fresca, pero para eso que no me ponga. Me daba mucha bronca porque me limitaba. Con River, que el primer tiempo jugamos bien, yo no me sentí que estaba para salir, pero me sacó. La semana previa me había dicho: ‘En el entretiempo te voy a sacar’. Ahí, el jugador entra pensando en eso”, ahondó.