El mundo entero vio a Lionel Scaloni levantando la Copa del Mundo con una vieja camiseta de la selección argentina, y a muchos les llamó la atención. La casaca fue la alternativa del Mundial sub-20 de 1997, cuando los albicelestes vencieron a Uruguay 2-1 en la final.
Junto a Pablo Aimar y Walter Samuel, hoy integrantes de su cuerpo técnico, Scaloni resultó clave en aquel cotejo frente a la Celeste de Nicolás Olivera, Marcelo Zalayeta y compañía. Con su casaca 18 azul rota durante el primer tiempo por un agarrón, fue el motor anímico de la reacción.
El equipo de Víctor Púa empezó ganando a los 15’ con un tiro libre de Pablo García y mereció ampliar la diferencia en los minutos posteriores. Los contragolpes de Olivera y Zalayeta pusieron en peligro el arco defendido por Leonardo Franco, quien resultó clave.
Esteban Cambiasso empató de cabeza a los 26’. Y Scaloni, el más temperamental de los futbolistas de aquel cuadro en el que brillaban Juan Román Riquelme y el goleador Bernardo Romeo, fue el autor de la asistencia para el gol con el que Diego Quintana dio vuelta el tanteador a los 43’, luego de una pared con Riquelme por derecha.
Argentina, que remató tres veces al arco de Gustavo Munúa y convirtió dos goles, abrochó a pura defensa el título en el segundo tiempo. Scaloni se cambió la camiseta para el segundo tiempo y se puso una sana que lució en la premiación. Es la misma con la que levantó el trofeo junto a una bandera que recordaba a su Pujato natal.
Este domingo, en medio de la celebración, lució la misma casaca que, a 25 años de aquel logro, generó nostalgia en los argentinos y también en los uruguayos, que por aquella campaña de la selección juvenil salieron a las calles y recibieron al plantel con una multitudinaria caravana que fue del Aeropuerto de Carrasco hasta el Estadio Centenario.