Por Andrés Cottini
A_Cottini
El remero Felipe Klüver se colgó dos medallas el lunes en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. Primero formó parte del cuádruple par que ganó la de oro y, minutos más tarde, integró el ocho con timonel que acabó segundo, aunque cuando finalizó la regata no sabía ni en qué posición había cruzado la meta el bote uruguayo por culpa de una lesión.
“Hoy estoy mejor, y contento por lo que se logró”, contó a FútbolUy este martes, un día después de la adrenalina de la competencia y el dolor que todos vieron en la ceremonia de premiación. Hace un par de semanas sufrió un desgarro en el infraespinoso que fue atendido a tiempo y le permitió competir, pero no al 100%.
“En el cuádruple ganamos una regata en la que nos impusimos en la salida, y era una revancha con los compañeros de 2019. Tuve una pequeña molestia. En el ocho sabíamos que era algo histórico pelear una medalla y que teníamos las condiciones para estar en punta. En los últimos 750 metros se sintió dolor, y en los últimos 500 veníamos cabeza a cabeza con Cuba y Chile. Había que darle y anular el dolor en la cabeza, por más que no me podía ni mover”, dijo.
“En los últimos 400 metros parecía que me estaban rajando el hombro con un cuchillo, pero no podía aflojar. Atrás mío había seis personas que estaban peleando igual que yo”, narró, y recordó una enseñanza de sus comienzos en Mercedes: “Si cinchás 1.000 metros, no vas a aflojar en los segundos. Para parar están los primeros 500. Después no podés parar hasta el final”.
“No me acuerdo de los últimos metros de regata ni en qué posición llegamos”, contó, pero ni así quiso perderse la ceremonia de premiación. “Nunca en mi vida había sentido tanto dolor, y me querían llevar al hospital, pero quería estar ahí. Por respeto a Bruno [Cetraro], Marcos [Sarraute], Leandro [Salvagno] y Martín González, que ganaron la medalla en Lima y se la sacaron injustamente, tenía el compromiso personal de estar acompañándolos”, narró.
No estuvo en la premiación del ocho con timonel, y ya en el hospital le calmaron el dolor. La tomografía determinó que tiene “una rotura de cuatro milímetros en el labrum”. “Ahora a descansar y disfrutar de los dos días que quedan de regatas. Estoy contento por lo que hicieron los compañeros, que estuvieron a la altura y pelearon hasta la última remada. Mañana quedan más regatas, y con muchas chances y emoción para lo que se viene”, dijo.
En lo personal, deberá llegar a Uruguay y afrontar “una reunión con el cuerpo técnico y cuerpo médico para decir qué es lo mejor para llegar al Preolímpico de marzo”. “Habrá que tomar una decisión y ver cómo estamos”, agregó, y cerró la nota con agradecimientos a quienes le escribieron felicitándolo y preocupados por su lesión, “a Osvaldo [Borchi, entrenador de la selección], Fernando [Ucha, presidente de la Federación Uruguaya de Remo], el Comité Olímpico, y en especial a Mauricio López”, su compañero del doble par ligero.
“Con Mauricio nos quedó esa espina porque llegamos muy bien al Mundial hace un mes, peleando la clasificación para París 2024. Ahora no pudimos pelear las medallas y nos quedó la espina, porque era un bote que estaba para pelear y nos sentíamos bien, pero no pude llegar al 100% y él tuvo el gesto con mis compañeros de bajarnos del peso ligero, ya que no estábamos en óptimas condiciones, y priorizar el cuádruple y el ocho”, concluyó.
Por Andrés Cottini
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