Enviado a París

El comienzo de la actividad deportiva de los Juegos Olímpicos de París cambió drásticamente el palpitar de una ciudad que se aceleró y abrazó definitivamente esta competencia con gran talante.

El rugby 7 sirvió como excusa para movilizar a una ciudad que se trasladó al Stade de France hasta colmar las 80.000 localidades que se agotaron antes del inicio de las actividades.

Camisetas, banderas, disfraces, pelucas, sombreros estrafalarios y muchas banderas fueron dando marco a la previa con el “Allez la France” coreado uno y otra vez.

Con la ovalada ya en acción, uno de los primeros momentos llamativos fue la silbatina generalizada para Argentina cuando le tocó debutar, algo que retumbó desde todas las tribunas y que seguramente viene de las acusaciones por racismo de los galos por los festejos de los rioplatenses tras obtener la Copa América.

Eso sumado a una pica muy especial en los últimos enfrentamientos entre ambos equipos en el Circuito Mundial que no terminaron de forma muy amigable.

Fue algo sostenido en el tiempo, alentando a Kenia primero y Samoa después, rivales de los albicelestes, y con un abucheó fuerte cada vez que apoyaban en el ingoal.

Marcos Monetta, jugador de los Pumas 7, comentaba en zona mixta que si bien los sorprendió: “En la cancha nos concentramos en jugar y estar al cien por ciento en nuestro trabajo”.

Otro de los puntos altos de la jornada fue cuando jugaron los Bleus, lo que encendió a cada uno de los presentes, entonando La Marsellesa y ovacionando a Antoine Dupont, mítico jugador y adorado por los hinchas.

Espectáculos interactivos con los presentes y las pantallas gigantes en el escenario, un DJ en vivo pasando música y una competición muy dinámica como entretenida, fueron nutriendo la jornada de rugby.

De color celeste

El debut de Uruguay ante Fiji marcó un día histórico para esta modalidad, ya que marcó la primera presencia en Juegos Olímpicos, siendo el cuarto deporte colectivo de nuestro país en hacerlo, junto al fútbol, básquetbol y waterpolo.

Fue con muchas familias de los jugadores presente en las tribunas alentando a los jugadores, con banderas, caras pintadas y el gritó de: “Uruguay, Uruguay” que apareció por instantes.

Fue derrota amplia con Fiji para luego chocar con Francia, algo absolutamente especial, ya que era el local, con un estadio que rugía en el arranque y un trámite que fue incierto hasta el mismo cierre.

Victoria uruguaya al entretiempo y varios rostros de preocupación entre los franceses que venían de empatar con Estados Unidos. Ya no había olas en las tribunas0, ni muchos cánticos, eran momentos de tensión y gritos acompañando cada acción del juego.

Tanto fue así que el cierre del partido fue acompañado con un festejo alborozado por la complicada victoria ante un elenco charrúa que se plantó de igual a igual ante 80 mil personas.

“Sweet Caroline” sonó para cerrar un día pleno de emociones y con la caída del sol el Stade de France se comenzó a vaciar esperando que el jueves, donde se definan los grupos, otra vez las ilusiones tomen forma de pelota ovalada