Enviado a Río de Janeiro
La presencia de Juan Castillo en el Windsor Barra Hotel de Río de Janeiro no pasó inadvertida para los futboleros. Primero lo reconocieron fácilmente porque casi no cambió su aspecto desde que se retiró, y luego surgió una pregunta inevitable: “¿Qué estará haciendo acá?”. Después de que compartiera algunos mates con Gastón Ramírez, apareció la respuesta.
A sus 46 años, el exguardameta sigue trabajando en el Centro Deportivo Enfoque, es entrenador de arqueros en Rampla Juniors y además comparte un emprendimiento con el también exfutbolista Martín Icart, que apunta al asesoramiento de jugadores. La credibilidad que supo ganarse entre colegas desde sus años en el arco fue la clave del éxito actual.
“Con una empresa americana estamos asesorando futbolistas para que tengan su plan de retiro y que terminen decorosamente la carrera, sea cual sea el perfil. De los top a los que recién empiezan, porque es un traje a medida de la realidad de cada uno; tenemos todo tipo de clientes. Es clave la función de concientizar porque muchas veces no se dan cuenta de que abrís y cerrás los ojos y te retiraste”, comentó.
“Cinco años después del retiro, el 67% de los jugadores están en bancarrota”
“Gracias a Dios nos está yendo muy bien y trabajamos con 15 jugadores de la selección mayor y otros 500 a nivel de Uruguay, Perú, Colombia, Chile y Argentina. Estamos muy contentos con esta función, que para mí es un trabajo complementario porque lo que más me mueve es estar en una cancha. Sí lo cobramos, pero me mueve ayudar porque al jugador se le acerca mucha gente y a mí me pasó: a mí se me acercó mucha gente y me cagaron”, señaló.
“Martín Icart, con quien hicimos una linda relación en Colombia, fue quien me impulsó para trabajar con él por mi influencia en los jugadores de la selección. Hace cuatro años estoy invirtiendo en la empresa, con mi señora también”, contó, a horas de reunirse con Giorgian de Arrascaeta, Nicolás de la Cruz y Guillermo Varela, justamente por ese asesoramiento.
Washington Aguerre, Leonardo Fernández y Gastón Ramírez, con quien fue compañero en la selección uruguaya, son los integrantes del plantel de Peñarol a los que asesora. “Son clientes que influencian a la juventud en el boca a boca, que es el mejor marketing, porque publicidad no tenemos. Nuestro marketing es la manera de tratar al jugador, la confianza que generamos y el asesoramiento que le damos. Son procesos largos y los acompañamos”, señaló.
“Los planes que manejamos son criteriosos en base a los años de contrato que tenga el jugador. Nosotros cumplimos con la meta de esos depósitos en los años de contrato del jugador, y cuando renuevan los asesoramos para que mejoren y ahorren todavía más”, agregó Castillo, quien aseguró que “el 67% de los jugadores que ganaron un mínimo de 300.000 dólares mensuales, cinco años después del retiro están en bancarrota”.
Peñarol-Botafogo: dos de sus exclubes
Aprovechando que viajaría a Brasil para reunirse con los uruguayos del Flamengo, fue invitado por Botafogo y Peñarol a presenciar la semifinal de hoy a las 21:30 horas “entre dos grandes equipos: el más grande de Uruguay y uno muy grande de Río de Janeiro”. “Sé la responsabilidad que afrontan los dos, que siempre tienen que ganar”, explicó.
“Peñarol tiene su historia, que la está haciendo valer, y Botafogo está en un proceso de crecimiento. Cuando yo jugué en Botafogo [entre 2008 y 2009] era totalmente diferente lo económico y siempre había deudas. La estructura no era la mejor, pero hoy está en un nivel de profesionalismo total porque llegaron dos inversores americanos”, explicó.
“Los resultados están a la vista. Si bien el año pasado perdieron el Brasileirão después de tener una gran ventaja, y ahora van primeros con una diferencia que se acortó, están en carrera en dos competiciones exigentes. Tienen el pensamiento en la copa pero en el Brasileirão también, y quizás eso puede ser favorable a Peñarol”, señalo.
“Peñarol creo que debería hacer un planteo similar al que hizo contra Flamengo, más allá de que Botafogo tiene características diferentes. Es un equipo más intenso y vertical que Flamengo, que tiene quizás un poco más de calidad en sus jugadores. A los de Botafogo los veo más punzantes. Peñarol deberá tener un bloque defensivo bien armado para evitar los pases que rompan líneas y, a partir de ahí, construir un partido inteligente en el que la ansiedad pase para el otro lado”, concluyó.