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Mucho más que la chiva

Juan Caorsi: El ganador de la Vuelta Ciclista que encontró en la bici una cura al alma

“Me tocó ver a toda mi familia llorar destrozada, y el domingo fue de felicidad. Tuve una pequeña caricia al corazón”, confesó el ciclista.

02.04.2024 18:14

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2024-04-02T18:14:00-03:00
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Por Andrés Cottini

El ciclismo llegó a la vida de Juan Caorsi casi como una casualidad del destino, esos caminos que se cruzan para no separarse nunca más, y el domingo pasado tuvo uno de los premios más grandes que podía conseguir: ganar la Vuelta Ciclista del Uruguay.

Nacido en Maldonado y de 31 años, Caorsi llegó al ciclismo ya “de grande”, con 21, sin haber realizado, como varios de sus colegas del pelotón, las etapas juveniles, y con una familia directa mucho más apasionada por el fútbol.

“Se dio más que nada por parte de mi suegro, que corrió muchos años. Cuando comencé lo hice en mountain bike, quizás como un hobby, pero una cosa llevó a la otra. Comencé a entrenar en ruta, me metí en una carrera y ahí me mantengo hasta el día de hoy”, relató el pedalista a FútbolUy.

En su carrera de diez años, supo defender los colores del Club Ciclista Maldonado, Club Atlético Progreso, San Antonio del Florida, Club Ciclista Ciudad del Plata y, desde hace cuatro, al Armonía del Fray Bentos, con el que se llevó una victoria inolvidable en la máxima carrera por etapas del país.

En la Vuelta

“Si me preguntabas antes de que arranque la Vuelta si la iba a ganar, te decía que no sabía”, confesó Caorsi más tarde, y explicó: “Las ganas estaban, sabía que iba a dar el máximo, pero era muy difícil, muchas etapas; la contrarreloj, que no es mi fuerte. Por suerte se dio todo”.

Fue en la octava etapa, con llegada a Carmelo, donde una fuga que llegó con importantes diferencias con el pelotón le dio la gran chance de ser el malla oro, una casaca que no se sacó nunca más.

“Siempre se larga queriendo ganar, pero con los pies sobre la tierra. Es muy duro y uno sabe cuáles son sus condiciones como ciclista. No soy un gran contrarrelojero y eso te limita mucho. Había que buscar la manera, llegar en fuga como se dio, y apretar los dientes”, contó más tarde.

“Soy fruto del trabajo, la dedicación, quizás no tanto de las condiciones innatas”, dijo, para agregar: “Capaz que no soy el mejor ciclista del Uruguay, pero soy el que ganó la Vuelta este año”.

“Ha sido muy lindo. Estoy disfrutando muchísimo, pero como que aún no he asimilado todo. Estoy contento con haberlo logrado”, dijo quien sumó su apellido a un palmarés histórico, en el que figuran nombres como el de Federico Moreira, Walter Moyano, Atilio François o José Aconeguy. “Es un sueño para cualquier ciclista. Todos los que estamos en pelotón queremos ganarla, a pocos se les da y me tocó”, agregó.

Al corazón

Caorsi es funcionario municipal en Maldonado, donde trabaja largas horas para en la tarde dedicarse de lleno a su pasión por el ciclismo, en la que es ordenado, metódico y comprometido.

“Trato de ser consistente para entrenar y en los cuidados”, explicó, y contó: “En Uruguay es medio imposible vivir del ciclismo y muchas veces corrés ante profesionales absolutos. Una vuelta se prepara desde el invierno, con pretemporada, gimnasio, trabajos complementarios, cuidarse en las comidas, todo cuenta. No es de un día para el otro, lleva mucho tiempo”.

El defensor del Armonía de Fray Bentos sabía que para los especialistas, quizás, “no era de los candidatos, pero el esfuerzo tuvo su recompensa”.

Por último, contó la especial dedicatoria que tuvo este triunfo, en al que recordó a su hijo fallecido hace tres años, cuando tenía tan solo cinco meses de vida, un momento de absoluta tristeza que la bicicleta le enseñó a sobrellevar.

“Este título es todo para él, mi angelito del cielo me empuja día a día, cada mañana que me levanto”, contó visiblemente emocionado, para recordar: “Tenía una cardiopatía congénita y en toda la familia pasamos momentos muy difíciles”.

“Fueron cinco meses prácticamente viviendo en un sanatorio, se hizo muy duro; el golpe fue tremendo para todos”, explicó, y dijo: “La bici fue una de esas cosas que me ayudó a sobrellevar todo, despejar la cabeza en los peores días de mi vida. Es mi terapia”.

Y recordó el dedo al cielo tras recibir la copa como ganador de la clasificación general individual de la Vuelta Ciclista del Uruguay: “Me tocó ver a toda mi familia llorar destrozada, y el domingo fue de felicidad. Tuve una pequeña caricia al corazón”.

Por Andrés Cottini