José María Giménez habló con Punto penal este domingo a la salida del entrenamiento de la selección uruguaya y aseguró que el triunfo del jueves ante Argentina fue “un partido duro, difícil, como todos los clásicos contra ellos, y más contra el actual campeón del mundo”.
Al ingresar para el arranque del segundo tiempo en La Bombonera, el entrenador Marcelo Bielsa le pidió “que hiciera lo trabajado en la semana”. “Cuando uno tiene una semana entrenando ya sabe lo que tiene que hacer”, agregó.
El zaguero del Atlético de Madrid se puso la cinta de capitán al momento de entrar, algo que definió como “un orgullo tremendo”, no sin antes destacar la actitud de Federico Valverde, quien venía cumpliendo ese rol y le cedió el lugar por su antigüedad en la Celeste.
“Hay que reconocer la humildad que tuvo Federico al darme el brazalete. Salió de él. Fue un gesto de humildad y de grandeza. Habla de lo grande que es. Es grande de verdad”, agregó respecto al mediocampista del Atlético de Madrid.
Los triunfos sobre Brasil y Argentina hacen que a Uruguay se lo mire distinto, pero no es algo que le preocupe ni que dependa del equipo. “Lo que depende de nosotros es seguir trabajando, seguir creciendo, seguir plasmando la idea del entrenador y conseguir cosas importantes. Ahora el objetivo es sumar puntos y clasificar al Mundial”, indicó.
Por último, reconoció que “fue complicado” ver los primeros cuatro partidos desde afuera, dada la suspensión de cuatro partidos que acarreaba del Mundial de Catar por haber agredido a un oficial de FIFA al cabo del encuentro frente a Ghana.
“Estar sancionado hizo que me pusiera con una ansiedad tremenda de querer estar. Pero de los errores se aprende. Me arrepiento porque hay mucha gente mirando y muchos niños. Los ejemplos son quienes hacen crecer a los niños a su lado, pero uno con los años que lleva en la selección, y con muchos niños mirándolo, tiene que dar el ejemplo. Y lo que hice no es un ejemplo”, concluyó.