El Milan supo rehacerse este sábado de la derrota en Champions League y se quedó con un gran triunfo 2-0 sobre la Juventus, que cae a la octava posición en la Serie A, a siete puntos del liderato, tras un partido en el que volvió a evidenciar una falta clara de ideas colectivas y en el que quedó a merced del conjunto milanista.
Empezó mejor el duelo el equipo turinés. Allegri alineó a Milik junto a Vlahovic en la punta de ataque, en lo que hasta el momento ha sido la mejor fórmula ofensiva de los blanquinegros. El polaco fue el que desequilibró durante los primeros diez minutos la defensa del Milan, con movimientos inteligentes, con buenas combinaciones y con buenas decisiones. Rabiot acompañó desde la segunda línea para dar continuidad a las contras juventinas.
No tardó en reaccionar el conjunto que dirige Stefano Pioli. En casa y después de la imagen dada en Europa, el Milan no podía permitirse otra derrota. Con Leao y Brahim Díaz actuando más como un doble mediapunta que como extremo, y con un Pobega que fue creciendo paulatinamente, el Milan tomó el mando y empezó a dirigir a su antojo.
La Juve se dejó hacer y vio cómo Leao, la estrella Rossonera, encontró el palo dos veces en menos de quince minutos durante la primera mitad. El primero después de inventarse taco dentro del área chica, el segundo con un disparo desde fuera del área.
Una buena fortuna que sí tuvo Tomori para abrir el marcador. El central inglés vio cómo Giroud definía desde fuera del área y el balón se chocaba con su cuerpo justo delante de la portería, dejándolo muerto, con Szczesny ya vencido, fácil para poner el 1-0 en el descuento del primer acto, un momento clave.
Pocos minutos después de la reanudación llegó el segundo y definitivo de la noche para el Milan, esta vez a cargo de Brahim. Vlahovic bajó a recibir y realizó una mala entrega que condenó a su equipo, abierto e ese momento para crear espacios en salida de balón.
Arrancó en campo propio Brahim, esquivó a Bonucci, saltó la entrada de Milik y se plantó en área rival, un mano a mano con el meta polaco del que salió victorioso. Celebró todo el estadio, que se rindió al tanto del español, un golazo que también reconocieron sus compañeros. De esta manera, el Milan llega a 20 puntos, los mismos que Napoli y Atalanta, que son líderes.
La visita no supo qué hacer para reponerse. De nuevo salió a relucir la versión de un equipo perdido, sin una idea colectiva clara, encomendado a los brotes de calidad individuales y que queda a merced del rival sea cual sea su plan o estilo de juego. La entrada de Kean, si bien agitó en buena medida el partido, no fue suficiente para reabrir el choque.