Mike Maignan, arquero del Milan, se marchó a los vestuarios a la media hora de juego del partido ante el Udinese por los insultos racistas provenientes de una de las tribunas del equipo locatario.
El francés avisó al árbitro del encuentro, Fabio Maresca, durante la primera hora en varias ocasiones de estar recibiendo dichos insultos hasta que se hartó de la situación. Maignan se marchó al vestuario y el resto de sus compañeros le siguieron dentro.
Unos minutos más tarde, compañeros y adversarios hablaron con él y lo convencieron de volver a la cancha. En ese momento, el partido estaba 1-0 a favor del Rossonero gracias a un gol del inglés Ruben Loftus-Cheek a los 31', pero Lazar Samardzic lo empató a los 42'.