Las gestiones para la llegada de Luis Suárez a la Juventus avanzan y, según medios italianos y españoles, lo único que resta es finiquitar la salida del goleador uruguayo del Barcelona, que liberándolo se ahorraría 12 millones de euros por concepto de indemnización. Están en plena negociación y el campeón italiano confía en poder llevárselo sin pagar por el pase.
El acuerdo entre el delantero y el equipo de Turín ya está cerrado, por lo que en Italia se frotan las manos pese a un imprevisto surgido con el pasaporte del jugador, que sería fácil de solucionar. Y en ese contexto, La Gazzetta dello Sport dio cuenta de un llamado del propio Suárez a Giorgio Chiellini, a quien mordió en el partido que Uruguay le ganó a Italia 1-0 en la Copa del Mundo de Brasil 2014.
“Él mismo tomó el teléfono para conectarse con un viejo enemigo: hace seis años estampaba sus caninos en el hombro de Chiellini, ahora se habría limitado a llamar para tantear el terreno. Los dos han hecho las paces durante toda su vida. De hecho, ese episodio les hizo comprender que estaban hechos de la misma materia: agonistas feroces, dispuestos a hacer cualquier cosa para ganar”, escribió el prestigioso periódico tano.
Asimismo, informó que Rodrigo Bentancur también se contactó con el salteño, a quien quiere tener como compañero ahora en su club. Es el goleador que Andrea Pirlo quiere para su equipo después de anunciar que no contará con Gonzalo Higuaín, y en la lucha por el 9 corre con ventaja respecto a Edin Dzeko, cuya salida de la Roma no es sencilla.
Tanto Suárez como Chiellini se encargaron con el correr de los años de bajarle el perfil a aquel episodio. Suárez reconoció su error y no sólo no volvió a morder, sino que no tuvo problemas de disciplina. De hecho, en su carrera sólo fue expulsado dos veces; contra Ghana en el Mundial 2010 y ante Atlético de Madrid por doble amonestación en 2017 por la Copa del Rey.
Chiellini, por su parte, aceptó las disculpas del uruguayo y así lo plasmó en su libro autobiográfico. “Somos parecidos. Me gusta enfrentar los partidos con esa actitud. Admiro su carácter, si lo perdiera se convertiría en un delantero normal”, escribió el defensor de 36 años, quien cree que “la malicia forma parte del fútbol”.
“Tras un par de días hablamos por teléfono y no era necesario que me pidiera disculpas. Yo también en la cancha soy un gran hijo de puta y estoy orgulloso de eso. Mi malicia forma parte del fútbol, ni siquiera las considero cosas incorrectas. Hay que ser espabilados y yo siempre admiré a Suárez”, agregó.