La goleada de Nacional sobre Danubio generó que los hinchas apostados en la cabecera del equipo local en Jardines del Hipódromo reaccionaran lanzando proyectiles sobre la cancha, algo que llevó a varios cortes del trámite.
El primero se dio en el primer tiempo cuando Esteban Ostojich detuvo el rodar de la pelota para recoger lel cuello de una botella de vidrio que cayó sobre el área que defendía Luis Mejía.
Los festejos tricolores fueron llegando al punto de colocarse 3-0 al final del primer tiempo y esta situación se repitió apenas comenzado el complemento.
El cuarto gol anotado de cabeza por el lateral Gabriel Báez hizo que los franjeados comenzarán a tirar de todo sobre el arco que ahora tenía a Mauro Goicoechea.
Cascotes, botellas, alguno objeto contundente y hasta un tejido roto, hizo que el árbitro volviera a detener todo para luego reunirse con los encargados de la seguridad y los capitanes de ambos equipos.
En el interín el golero local fue a tratar de calmar a los hinchas y luego de más de diez minutos de parate apareció la guardia policial que ingresó a la cancha y se paró con escudos y cascos frente a la parcialidad danubiana. Una solución momentánea que permitió que la pelota volviera a rodar.