Real Madrid, con Federico Valverde jugando los 90 minutos, conquistó su cuarta Copa Intercontinental, el primer club en conseguirlo, al golear 3-0 al Pachuca mexicano, que dirige técnicamente el uruguayo Guillermo Almada. Con esta consagración, el italiano Carlo Ancelotti se convirtió en el técnico más laureado de la historia del club español.

Sin necesidad de exhibir un fútbol brillante y casi sin tener que apretar el acelerador, el Real Madrid impuso la lógica futbolística y despertó de su sueño a Pachuca ante la gran distancia de potencial entre los dos equipos. La primera conquista del mundo en una temporada en la que podrá hacerlo hasta en dos ocasiones. Un título que llega en un momento perfecto para silenciar la crítica a Ancelotti.

Ante la sorpresa de todos en un estadio mudo, las primeras acciones de peligro fueron del Pachuca. Thibaut Courtois sacó una mano a un disparo lejano, con in pique que lo complicó, de Luis Rodríguez, y sacó por arriba un centro que se envenenó de Oussama Idrissi. El enfado de Ancelotti se calmó en cuanto su equipo dio sentido a la posesión y aumentó la velocidad. A un ritmo mayor comenzó a palparse la diferencia de calidad, aunque tardó 22 minutos en generar una acción de peligro.

Entre coberturas de Eduardo Camavigna y carreras de Valverde, apareció la visión de Jude Bellingham entre líneas. Vinícius, lanzado tras ser reconocido como el mejor jugador del 2024 en el The Best, ya explotaba su velocidad pegado a la izquierda. La primera acción de desequilibrio conectó al tridente para que comenzasen a tambalearse los tuzos. Rodrygo encontraba a KKylian Mbappé que no precisaba en su disparo.

Su revancha en el estadio donde se le escapó la final de un Mundial tras hacer un triplete, llegaría minutos más tarde. Tras el último intento de Pachuca de decantar la balanza a su lado y no jugar a remolque, como le tocó cuando apareció la calidad de Vini en una acción de altos quilates. Luego del pase al espacio de Bellingham, el brasileño eñudió con clase la salida del arquero y puso en bandeja el gol al francés.

En ese crecimiento progresivo de la importancia de Mbappé en el Real Madrid, segundos después del gol buscó el francés la sentencia con un disparo lejano repleto de potencia. Los de Ancelotti sintieron como se tambaleaba al golpe Pachuca y fueron por más. No cesó de intentarlo Kylian y se sumó Valverde con un remate que no encontró arco.

El respiro del descanso devolvió fuerzas para la batalla a Pachuca. Calcó el arranque del segundo acto: intenso y presionando arriba. Buscó el empate con un disparo seco de Nelson Deossa, pero sus esperanzas se desvanecieron en otra acción de calidad madridista. Mbappé descargó a la llegada de Rodrygo que le puso la firma a un golazo. Lanzó amagos al borde del área previos a un recorte seco, con el que se quitó a los rivales de encima, y un disparo al ángulo.

Era la sentencia a la final. Las esperanzas del Pachuca, que pidió fuera de juego de Bellingham por interferir en la visión del golero, cayeron por tierra cuando el árbitro revisó la jugada. Su misión ya era imposible pero mostró orgullo hasta el último suspiro. Volvió a probar la firmeza de Courtois con un disparo cruzado de Bryan González y una falta de Salomón Rondón pegada al palo que sacó con una estirada el portero belga. Siempre brillante en las finales.

Al Real Madrid, cargado de partidos, ya le servía el resultado. Se acomodó buscando hacer daño al contragolpe y Ancelotti no tardó en proteger a los jugadores que han vuelto de lesión como Mbappé y Camavinga. Solamente faltaba el gol de Vinícius y el brasileño, el mejor jugador sobre el campo, lo buscó hasta conseguirlo de penal cerca del final.