Manchester United, con Facundo Pellistri en el banco de suplentes, visitó al Bournemouth, que contó con Matías Viña desde los 64 minutos, y se llevó la victoria por 1-0, lo que le permite tener un pie y medio en la próxima edición de la Champions League.
El encuentro lo resolvió al principio de todo. En el minuto 9, Casemiro marcó el gol con una ágil maniobra después de un pase aéreo a la espalda de la defensa de Christian Eriksen. Eso le bastó a un United que luego se defendió bien.
El arquero David De Gea respondió cuando el Bournemouth, ya salvado matemáticamente desde la anterior jornada, lo exigió. Primero se estiró para repeler el tiro de Dominique Solanke, antes de la media hora; después, voló para solventar el intento de David Brooks, aún en el primer tiempo, y, sobre todo, se agigantó ante Kieffer Moore, ya en el minuto 84, para aguantar el 0-1.
Una parada salvadora, cuando el United ya sentía suya la victoria. Cierto es que, por entonces, el partido también era suyo más allá del marcador. Le faltó gol en esos momentos en los que jugó para sentenciar el choque. Neto se interpuso. Sobre todo, en una volea de Bruno Fernandes ya en el tramo final, en el que United terminó agarrado a De Gea y en vilo por un zurdazo de Marcos Senesi. Su último sobresalto camino de la Champions.
Liverpool afrontó este sábado su último partido de la temporada en Anfield Road y no contó con Darwin Núñez, quien tiene una inflamación en un tendón de un dedo del pie. Empataron 1-1 con Aston Villa y están obligados a ganar en la última fecha para meterse en Champions.
El Liverpool, que durante muchos minutos coqueteó con el adiós a la Champions, sacó un agónico empate en los minutos finales gracias a un gol de Roberto Firmino, que se marchará a final de temporada, y que igualó el gol inicial del Villa, que tuvo muy cerca prácticamente sellar su pase a competición europea la temporada que viene.
Y es que el empate le supo peor al Villa que al Liverpool, porque los de Unai Emery fueron mejor que los de Jürgen Klopp durante muchos minutos, especialmente en la primera parte, cuando solo necesitaron 20 minutos para dar el primer gran susto a los Reds.
En una transición rápida, John McGinn puso un pase filtrado de primeras para la carrera de Ollie Watkins, que fue derribado antes del mano a mano por Ibrahima Konaté. El penal fue claro, pero Watkins, desde los once metros, no acertó y lo mandó raso y desviado.
Se deshizo el máximo goleador enfrente de la grada de The Kop, no como Jacob Ramsey apenas cinco minutos después, cuando aprovechando un despiste de Trent Alexander-Arnold, que perdió la marca, mandó a la red un centro al segundo palo de Douglas Luiz.
Ni la tecnología, ni su pobre fútbol durante todo el partido, caracterizado en lo fallones que estuvieron los de arriba, especialmente un Mohamed Salah que se quedó sin marcar en Anfield diez partidos después, ayudó a que el Liverpool empatara, así que Klopp tuvo que sacar del banco a Firmino, que se despedía de Anfield tras ocho años, para que diera una última alegría a la afición Red.
El brasileño, a dos minutos del final, remató un pase con el exterior de Salah y empató, dando una última esperanza al Liverpool, que lo intentó durante el alargado descuento de diez minutos. Pero el 2-1 no llegó y el Liverpool necesitará en la última jornada ganar y que el Manchester United pierda para poder agarrar el cuarto puesto de la Premier y no quedarse cinco años después fuera de la Champions.
El Villa, por su parte, tendrá que igualar el resultado que consiga el Tottenham Hotspur para asegurar la plaza de Conference League y, para estar en Europa League, tendrá que sumar un punto más que el Brighton & Hove Albion, que aún tiene tres partidos por delante.
En los otros partidos de la jornada sabatina, Tottenham (8°), pese a empezar ganando, perdió 3-1 como local ante Brentford (9°)y se aleja de las competiciones internacionales; Fulham (10°) y Crystal Palace (11°) empataron 2-2; y Everton (17°) se ilusiona con la salvación tras igual 1-1 con Wolverhampton (13°).