Liverpool se coronó campeón de la Copa de la Liga, trofeo que en las últimas cuatro temporadas había levantado el Manchester City y que los diablos rojos no llevaban a sus vitrinas desde 2012. Empataron 0-0 al cabo de los 90 minutos y en la tanda de penales terminaron 11-10 con 100% de efectividad para el vencedor.
De pique lo tuvo Pulisic tras un buscapié de Azpilicueta desde la derecha, pero el arquero irlandés Kelleher le ahogó el grito a los 6’. Respondieron los rojos a los 30’, cuando tras un remate franco de Keita desde el borde del área y otro de Mané en el rebote, se lució Mendy por partida doble.
En el tramo final del primer tiempo volvió a ser más punzante el Chelsea y Mason Mount estuvo a punto de abrir la cuenta, pero su derechazo de aire salió apenas desviad después de un centro de Havertz desde la derecha, el sector predilecto del elenco de Tuchel para atacar.
El propio Mount tuvo un remate en el caño a los 49’, cuando quedó cara a cara con el arquero. Replicó el Liverpool a los 64’ robando en campo rival y poniendo a Salah de cara al gol, pero el egipcio no definió bien ante el guardameta y el brasileño Thiago Silva llegó a despejar cerca de la línea, pese a que la pelota igual no entraba.
A los 67’ explotaron las gargantas rojas con un tanto de Matip de cabeza en el área chica tras una jugada preparada en acción a balón parado, pero a instancias del VAR se invalidó la conquista por un offside milimétrico de Van Dijk al momento de colocar una cortina ante Reece James para que Mané conectara solo por el segundo palo.
También los azules festejaron un gol que no fue, pero en ese caso de inmediato se levantó el banderín del primer asistente. Havertz conectó un buen cabezazo que venció la resistencia de Kelleher, pero hubo posición adelantada en la jugada previa. Por último, Mendy salvó al Chelsea a los 91’ con gran atajada ante un cabezazo de Van Dijk.
Ya en la prórroga, el Chelsea metió otros dos goles que no valieron. Primero Lukaku en el primer alargue por un offside finísimo, y luego Havertz por otro más claro. No pudieron romper el cero, por lo que definieron el título en una larga tanda de penales que registró 21 goles y un solo disparo fallado.
El único que no terminó en gol fue el último, ejecutado por el español Kepa, quien ingresó al final por Mendy procurando atajar penales y no sólo no pudo tapar ninguno, sino que tiró el suyo por arriba del travesaño.