El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, afirmó este miércoles que se instalará en Catar para seguir y coordinar con las autoridades del país árabe la aplicación de las reformas introducidas por Doha sobre los derechos humanos, en particular los de los trabajadores migrantes.
"Pongo mi tienda de campaña aquí en Doha, voy a vivir aquí e iré todos los días para ver a los responsables en el Gobierno y asegurar que estas leyes (reformas) se aplican, y si se comete alguna violación", dijo Infantino, sonriendo, en el panel de clausura del Foro Económico de Catar, que duró dos días.
El presidente de la FIFA instó a que "todos vean los hechos y los resultados" y defendió reformas como la eliminación de la "kafala" (sistema que impedía a los migrantes salir del país) y la subida del salario mínimo, entre otras.
"Protegemos lo posible los derechos humanos y los de los trabajadores" migrantes, recalcó, subrayando la importancia de que los pasos reformistas dados por Catar sigan después del Mundial, que, insistió, "será especial y maravilloso".
"Nos tomó cientos de años en Europa llegar a donde estamos ahora en lo que se refiere al impacto social", mientras que "en esta parte del mundo, y en particular Catar, eso ha sucedido en pocos años", agregó.
Infantino mostró su confianza en que la comunidad LGBT "será bien bienvenida en Catar", pero "tienen que respetar la cultura local (...) si Catar no diera la bienvenida a todos no hubiera organizado el evento".
"Estamos capacitando a los responsables y trabajando de la mano con las entidades y la policía y les daremos la bienvenida a todos", señaló.
Los migrantes en Catar, en su mayoría de países asiáticos, representan un 95 % de la fuerza laboral y, según varias ONG, sufren abusos como impagos, horas excesivas de trabajo, restricciones de viaje, lesiones e incluso muerte sin compensación, entre otros.
Estas organizaciones han reconocido, sin embargo, los avances "en la protección de los derechos de los trabajadores migrantes por las reformas laborales introducidas por Doha" en los últimos años, si bien consideran que para muchos trabajadores esas reformas llegaron demasiado tarde y solo se han aplicado de forma parcial.