Ignacio Lores lleva cinco meses en el Avellino, equipo que lucha por el ascenso en la Lega Pro 1 (ex Serie C) y con el que ya registra 14 presencias. “Es un club muy grande en el sur. La Serie C es un campeonato muy competitivo”, contó al programa Minuto 1 de Carve Deportiva.
“La otra vez leí comentarios porque Gastón Ramírez, en su última etapa, jugaba en la Serie C, y la gente piensa que es como la Liga Universitaria. Pero es un campeonato de muy buen nivel”, agregó el zurdo mediocampista de 32 años.
“Acá estoy cobrando un poco más que cuando estaba en Peñarol y casi tres veces más de lo que cobraba en Nacional”, agregó Lores, quien pasó por el equipo carbonero desde mediados de 2018 a finales de 219, y por el tricolor de marzo de 2020 a agosto de 2021.
“En Italia aprendés a ser profesional”
Si no contara su pasaje de tres años en el fútbol uruguayo, que incluyó también un corto periplo en Wanderers, podría decir que lleva más de una década en Italia, donde las exigencias profesionales son superiores respecto a lo que vivió en su propio país.
“Cuando llegué, pensaba que estaba acá solo porque era bueno. Pero acá aprendés a comer. Pensás que te lesionás por genética, pero no. Te enseñan a ser profesional y a cuidarte. Esas cosas suman. Cuanto más joven las agarres, más ventajas podés sacar”, expresó.
“Si de joven hubiese sabido la forma de comer, entrenar y descansar, hubiera hecho más diferencia. Si lo agarrás tarde, no te esperan”, agregó el oriundo de Defensor Sporting, quien hoy se desempeña como interior izquierdo en el mediocampo del Avellino.
A Nacional llegó por su gran rendimiento como extremo derecho en Wanderers, pero firmó “un contrato raro, de siete meses”, y lo agarró el parate por la pandemia, por lo que terminó “en la desesperación por entrar, jugando casi de lateral izquierdo un partido contra Plaza Colonia”.
Amenazas y un par de veces que estuvo “cagado”
“No tuve la posibilidad de jugar mucho. Cuando llegué, enseguida jugué y arranqué bien. Después me fui quedando de lado”, recordó Lores, quien por su pasado en Nacional quedó bajo la lupa de los hinchas de los dos clubes más populares del país, con los que fue campeón. De los dos dice que “las puertas son picantes: las de Los Aromos y las de Los Céspedes”.
“Recibí amenazas cuando firmé en Nacional. En ese momento mi hermano tenía un bar y era complicado. No podés hacer mucho, porque son decisiones que ya son tomadas. Cuando llegué a Nacional, el primer día estaban algunos chicos de la barra en Los Céspedes y fueron muy cordiales conmigo. Justo tuve la suerte de que fui acompañado por Rafa García, que me pasó a buscar. Me preguntaron si tenía algún tatuaje de Peñarol, que no tengo, y más nada. Hoy lo digo como anécdota, pero en el momento estaba cagado”, narró.
“Una de las últimas veces, me acuerdo que perdimos en el Parque Central con Liverpool [4-0, cuando los negriazules conquistaron el Clausura 2020]. Fue la barra a Los Céspedes. Salieron Gonza Bergessio y el Chino [Sergio] Rochet y dijeron que hablaban ellos. Después volvió el Gonza y dijo que querían hablar con todos. Cuando entró la barra yo me puse al lado de Pablo García, que me hacía reír siempre, y me dijo: ‘Ñeri, te están todos mirando a vos para matarte’. Yo jugaba poco, pero sabían que era hincha de Peñarol. Hoy lo cuento como anécdota, pero en el momento estaba re cagado. Más de eso no pasó”, recordó.