Howard Wilkerson es de los jugadores extranjeros con más participación en el básquetbol uruguayo en la última década. Llegó hace ya 12 temporadas, cuando defendió a Goes en el Metro 2008, y luego pasó por Yale, Sayago, Urunday Universitario, Capitol, Tabaré, Pacaembú de Mercedes, Touring de Paysandú, Unión Atlética y Danubio. En todos se hizo querer.
Su carisma y simpatía son cualidades que los compañeros resaltan desde siempre, además de sus condiciones dentro de la cancha. Cuando recaló en Goes se hizo amigo del por entonces juvenil pívot Guido Fernández, quien hoy con 30 años es su entrenador en Danubio y ya trabajó con él en 2017 cuando era asistente de Martín Sedes en la UA.
Wilkerson usa la tarjeta STM y escucha plena. Adoptó palabras del vocabulario callejero, habla bien el español rioplatense y lo entiende mejor. Se hizo fanático del mate y se lleva un buen stock de yerba cada vez que se va de Uruguay, sea para volver a Estados Unidos o para jugar en Argentina, donde también es querido. “Prefiero la yerba uruguaya. La argentina es puro palo”, dice.
La diferencia que ya constató en la calidad de las yerbas también la percibe para preparar el mate. Respeta la montañita que todo cebador uruguayo cuida con particular dedicación y parodia la piscina que varios argentinos prefieren al momento de la infusión. A sus 36 años, demuestra que puede ser tan buen tiktoker como pívot.