Bruno Fernandes centró con efecto cerrado desde la izquierda, Guillermo Varela se olvidó de dar el paso adelante, Cristiano Ronaldo picó habilitado para cabecear y la pelota siguió de largo hasta tocar la red ante la mirada de Sergio Rochet. Todo en cuestión de un par de segundos letales para Uruguay.
El gol que abrió el triunfo del equipo de Fernando Santos sobre el de Diego Alonso fue celebrado como propio por Cristiano Ronaldo, quien llegó a mandar mensajes de texto a periodistas amigos jurándoles que él llegó a rozar el balón. No obstante, la tecnología marcó otra cosa.
A instancias del VAR resulta muy difícil determinar quién fue el autor del gol, más allá de que la trayectoria y el giro del balón sobre sí mismo parecen dejar en evidencia lo que realmente pasó: CR7 no tocó la pelota.
La decisión de la FIFA fue otorgarle la conquista a Bruno Fernandes y no a su compañero del Manchester United y la selección lusitana, dado que un chip que está dentro de la pelota mide al milímetro el contacto de fuerza que recibe Al Rhila, el balón oficial de Catar 2022.
Los sensores que están dentro del esférico no se activaron entre el centro de Bruno Fernándes y el toque con la red, pese a la pretensión de Cristiano Ronaldo de asignarse el que hubiera sido su noveno tanto mundialista. Hoy, a los 37 años, está a uno de Eusebio, el máximo artillero histórico de Portugal en Copas del Mundo.