Joaquín Zeballos, uno de los goleadores del último Uruguayo con Juventud de Las Piedras, desembarcó en España el jueves cinco de marzo para fichar por el Girona y cumplir su sueño de jugar en el "viejo continente".

Pero nada sería fácil para el delantero en este arranque ya que a cuatro días de ser presentando en el club catalán, estalló el estado de alarma en aquel país por la pandemia del coronavirus y con ello el aislamiento social.

"Estuve un par de días haciendo trámites y la revisión médica", dijo Zeballos entrevistado en el portal "Diari de Girona" sobre su llegada: "fui a ver el partido contra el Albacete y empecé a entrenar. De repente se suspendió todo y la cosa se complicó".

"Tengo claro por qué estoy aquí y no se me pasó por la cabeza irme", siguió contando: "es uno de los muchos obstáculos que me encontraré durante mi carrera. Toca aguantar porque quedan partidos y objetivos grupales, con la responsabilidad de saber que es una situación a escala mundial y que es necesario que todos tomemos conciencia".

Mi soledad y yo

"Menos mal que pude encontrar un apartamento rápido, porque los hoteles cerraron", dijo el goleador sobre donde está viviendo actualmente: "conocí solo un poco la ciudad antes del parate y me pareció encantadora. Ya tendré tiempo para conocerla más. Ahora, de momento, estoy solo, no hubo tiempo para que viniera nadie desde Uruguay".

"La idea era instalarme y después de que viniera parte de mi familia, pero no tuvimos tiempo", mencionó y agregó: "hago las salidas normales de cualquier persona en esta situación, es decir, de casa al supermercado y vuelta. Intento comprar víveres para varios días para no tener que salir mucho".

Otros uruguayos

Zeballos contó que el apoyo de Cristhian Stuani y Santiago Bueno es fundamental: "me han ayudado mucho y estamos siempre en contacto. Estos días me han escrito para ver cómo lo estoy pasando y si necesito algo. Para alguien nuevo, que no conoce la ciudad y además se encuentra con esta situación, eso ayuda mucho".

Sobre como ve la situación de Uruguay a la distancia comentó: "estoy preocupado porque mi familia está allí. Tengo mucho contacto y les cuento todo lo que pasa aquí para que puedan prevenirse y frenarlo a tiempo. Es un virus tan contagioso que cuando se quiere cortar, ya está demasiado esparcido".