Gerardo Pelusso fue el invitado del programa El dos uno emitido este lunes en DirecTV Sports, donde habló de su decisión de retirarse como director técnico. No se trató de un impulso que surgió de un día para el otro, sino que fue un proceso que se inició en 2016, cuando estaba al frente del Al-Arabi SC, en Qatar. “La pasamos muy mal allá y casi todos los días decía, ¿qué estoy haciendo yo acá?”, relató
“Cuando volví de Colombia en 2018 lo hice pensando en que no iba a dirigir más. A finales de 2019 tomé la decisión y cuando surgieron algunas posibilidades de trabajar me di cuenta que la decisión ya estaba tomada y no iba a volver a dirigir. No quiere decir que me haya ido del fútbol. Tengo trabajo de sobra y estoy diciendo que no todo el tiempo a invitaciones que me hacen y trabajos que me proponen”, expresó.
Ruben Paz el mejor y Gargano su candidato
Contó anécdotas de su carrera, reveló que fue mucho más difícil retirarse como jugador que como técnico, y contó que Ruben Paz fue “el mejor jugador” al que dirigió y el que más lo deslumbró en los entrenamientos, cuando lo tuvo bajo sus órdenes en Frontera de Rivera.
Otro al que elogió fue a Walter Danubio, quien dio los primeros pasos en Primera División en su Danubio campeón. “El Mota era mi candidato y lo ponía como ejemplo. En Danubio, una fábrica de jugadores de fútbol, era ponerlos nada más. Estaba Stuani, que era el crack de la quinta, Ribair Rodríguez… todos eran figuritas y tenían empresarios. El Mota era el negro chico que no tenía empresario ni padrino, y yo lo ponía como ejemplo”, recordó.
“Vino de Paysandú y no extrañó nunca a papá, a mamá ni al barrio. Nada. Entrenaba a muerte y el día que le pusimos la camiseta en un partido contra Fénix, no se la sacó más. Fue el mejor de la cancha y era un relojito. La prueba está en la carrera que hizo”, agregó sobre el hoy mediocampista de Peñarol.
Hincha de Peñarol hasta los 15 años, pero se decepcionó
Pelusso reveló que “cuando era chico era hincha de Peñarol”, pero sufrió “una desilusión muy grande”. “Me trajeron a practicar a Peñarol cuando tenía 15 años. Me acuerdo que fui a Las Acacias y no sólo que no quedé, sino que me trataron mal. No me olvido más que me iba con el bolso a tomarme el tren para volver a Florida y miré para abajo y dije llorando: ‘Los voy a odiar toda la vida’. Me trataron mal y no quiero ni acordarme de las personas que estaban al frente”, narró.
“Como por arte de magia apareció Nacional en mi vida. Me llevó el Pato Galvalisi, llegué al Parque Central y me trataron como si fuera mi casa. Y dije: ‘Este es mi lugar’. Cuando sos chico la familia te regala los equipos y medio que te lleva (a ser hincha de un club). Ahora era por decisión propia”, relató, y no dudó al asegurar que hoy es de Nacional.
Curiosamente, el gol que más gritó en su carrera fue contra Nacional: el que coronó a Danubio campeón uruguayo en 2004 con un taco de Diego Perrone en el área chica tras un cabezazo de Jadson Viera. “Fue una cosa única y además por la forma en que se dio”, expresó.
A la hora de elegir el que más le dolió, sí hizo referencia a uno de su etapa como entrenador tricolor: “El primero contra Estudiantes de La Plata en la semifinal de la Libertadores 2009 acá (en el Centenario), por cómo se dio. Con Sebastián (Coates), que era un chiquilín de 18 años; un fenómeno de jugador que cometió un error como puede cometer cualquiera y fue demasiado influyente”, rememoró.
El duelo por el 5-0
El golpe más duro fue el 5-0 sufrido el 27 de abril de 2014 a manos de Peñarol, en el que fue su último partido dirigiendo a Nacional. Reconoció que el duelo por esa goleada “duró un año”. “Por lo menos hasta fin de año pasé encerrado en mi casa. Fue una cosa muy dura que me dolió muchísimo. Nunca más vi ese partido. Incluso en alguna oportunidad aparecen los goles y pum, cambio de canal”, admitió.
“Con mi cuerpo técnico nos inspiró a tratar de buscar una posibilidad inmediata para volver a estar en los primeros planos y demostrar que ese no era nuestro lugar. Eso fue un accidente; una cosa totalmente anormal. Empezamos a estudiar el mapa de Sudamérica y al año siguiente ganamos la Sudamericana con Independiente Santa Fe”, expresó.
Otra goleada que involucra a Peñarol la vivió en el Clausura 2004, cuando se impuso 5-1 a los carboneros y se coronó campeón del Clausura. Recordó que algunos futbolistas rivales pidieron que sus dirigidos aflojaran un poco “pero bien, son cosas del fútbol”. “Estábamos 5-0 a los pocos minutos del segundo tiempo y a los tres días teníamos que jugar la final del Campeonato Uruguayo. Ahí los muchachos pararon porque empezaron a pensar en las finales con Nacional”, concluyó.